lunes, 28 de diciembre de 2009

LOS TESTIGOS DE JEHOVA O EL APOCALIPSIS TAN ANSIADO


A mediados del siglo XIX en plena adolescencia, el hijo de un tendero en Pittsburg recibió un “llamado de Dios” para explicarle a los hombres no solo cual era su verdadero pensamiento, sino que él -Charles T. Russel- era el único en comprender las Sagradas Escrituras. En 1879 se autodenominó Pastor Russel fundando la revista “Atalaya de Sion” que posteriormente sería “La Sociedad de la Atalaya”. Russel –masón confeso- se obsesionó con la egiptología y la llegada del fin del mundo vaticinando varias fechas que nunca se cumplieron. Publicó siete tomos de “Estudios de las Escrituras” a los que equiparaba a la mismísima Biblia. Falleció en 1916 y fue sucedido por el abogado Joseph Rutherford (que se hacía llamar “juez” aunque nunca ejerció ese cargo) quien gobernó con gran autoritarismo. Puso mucho énfasis en la predica casa por casa y decidió que los miembros de su secta no participarían militarmente en la segunda guerra mundial. Lo que significó cárcel para muchos de ellos en EEUU y muerte para otros (en la Alemania Nazi). “El juez” tenía serios problemas con el alcoholismo…. y con la buena vida. Mientras sus “hermanos” la pasaban muy mal con la crisis del 29 “El juez” no escatimaba gastos: tenía dos Cadillacs e hizo construir una mansión palaciega en un exclusivo barrio en San Diego California para albergar a los “hombres fieles de la antigüedad” (David, Moisés, Abraham, Isaac, Jacob) quienes se suponía “resucitarán” de un momento a otro. Mientras esto sucedía se instaló en ella, con sus dos jóvenes y bellas secretaria y enfermera personal, hasta su muerte ocurrida en 1942. Escribió un libro en 1920, donde profetizaba que el Armagedón (fin del mundo) llegaría en 1925. Durante el período de su sucesor Nathan Khnorr se puso énfasis en la capacitación del feligrés que va de casa en casa, se le dio mucha importancia a rechazar las transfusiones de sangre. En 1950 se realizó una nueva traducción de la Bilblia bajo su supervisión. Nathan –guante de seda en puño de hierro- Knorr, mucho más discreto que su predecesor, pero afecto también a los lujosos restaurantes, a los Cadillacs y las funciones de Broadway llegó a la conclusión que el fin del mundo llegaría en 1975. Se pospusieron operaciones, se vendieron casas, jóvenes abandonaron sus estudios, se dejaron trabajos para predicar a “tiempo completo”, la inminencia de un fin que nunca llegó. Sus sucesores Franz y Henschell han mantenido la misma posición ideológica de los presidentes anteriores pero le han quitado dramatismos al anuncio del Armagedón, no le han puesto mas fechas desde 1975.
La doctrina de los Testigos de Jehová es apocalíptica, anunciaron el fin del mundo para 1914; 1925 y por última vez 1975 equivocándose siempre. Hoy siguen hablando del fin de “este sistema de cosas” pero no especifican una fecha. Esta vez no quieren fallar. No creen en la divinidad de Jesús y rechazan la inmortalidad del alma. Ahora bien, no todos se salvarán. Según esta organización solo 144.000 “ungidos” o elegidos serán llevados a cielo para encontrase directamente con Cristo y regirán la vida de los que queden en la tierra. Los que permanezcan y sean Testigos de Jehová, sobrevivirán en la tierra llevando una vida plena sin ascender al cielo. El resto (todos los No Testigos de Jehová) serán aniquilados. Creen que es satánico todo lo que este fuera de la organización: todo. Por esto se mantienen aislados de la sociedad teniendo una extensa lista de prohibiciones para los adeptos: no se debe cantar ni reverenciar nada que ensalce la bandera, la patria o cualquiera de sus símbolos. No se deben leer novelas, ni libros, ni diarios, ni revistas o ver televisión. Las mujeres no deben usar pantalones. No se puede ser deportista profesional, ni participar en loterías o juegos de azar. No se debe brindar con la copa en alto, no se debe ayudar a mendigos y pordioseros. Matrimonios y noviazgos fuera del culto están totalmente desaconsejados, Satanás esta en todos lados excepto en la organización.
En los últimos años crecieron las denuncias contra los testigos de Jehová en todo el mundo por encubrir las acusaciones de abuso sexual contra menores dentro de distintas congregaciones. El tema salió a la luz cuando el New York Times sacó una extensa nota sobre abusos sexuales a menores en todo los Estados Unidos. En él se relataba como William Bowen, devoto Testigo y “anciano” de una congregación de Kentuky fue expulsado de la misma por haber hecho público el abuso a un menor por parte de otro líder anciano. Bowen actualmente ha formado una ONG llamada “Silentlambs” (ovejas amordazadas) para dar apoyo a las víctimas de abuso sexual dentro de la congregación. Ha recopilado 5000 informes de abuso sexual contra niños. Además afirma que la organización guarda datos de acerca 23.000 personas que en EEUU, Canadá, Europa y América Latina estuvieron involucrados en estos menesteres.
En la Argentina la secta estuvo prohibida en 1950 por el presidente Perón y en 1959 por el gobierno de Frondizi. EN 1984 recuperaron la legalidad por resolución 264 del satánico Registro Nacional de Cultos.

Fuentes: “Shopping Espiritual” de Alfredo Silleta Mr Grupo Editorial Planeta 2007
Diario New Cork Times, 11 de agosto del 2002. http://www.silentlambs.org/; johnhenrykurtz.blogspot.com/ 2008_03_02_archiv...

sábado, 19 de diciembre de 2009

PARE DE SUFRIR




Hace unos 32 años un ex cajero de la lotería de Río de Janeiro, Edir Macedo, abandonó la iglesia pentecostal luego de haber permanecido en ella diez años. La consideraba muy “elitista”y por eso decidió abrirse como cuentapropista en un local de un barrio pobre de Río de Janeiro. Se autoproclamó “Obispo” y fundó la Iglesia Universal del Reino de Dios. En los primeros tiempos apenas sobrevivía, hasta que una feligresa vendió un terreno y le donó toda la plata a Edir. Este hecho, mas su carisma, su falta de límites y el uso de sutiles técnicas de manipulación, produjeron una explosión de su iglesia y un crecimiento imparable. Actualmente la Iglesia está en más de 40 países (toda Latinoamérica, USA, Europa, África y Asia).
Edir posee solo en brasil –amén de diez millones de seguidores- un banco, dos periódicos, una revista, 35 emisoras de radio y la red televisiva TV Récord, con 70 repetidoras en todo el territorio. Esta red es la tercera en audiencia entre los 170 millones de brasileros y factura 1000 millones de dólares al año.
La conducción de los programas la hacen pastores –que en Argentina- hablan en portuñol. Y en todos se pasan testimonios de personas que han “vencido al demonio” o que “gracias al diezmo” hoy son personas felices. En brasil son un púlpito desde donde se predica las 24 horas del día.
Para un observador no estudioso del fenómeno religioso La Iglesia Universal se parece demasiado a otros grupos evangélicos pentecostales: creen en la deidad del Cristo, en la Trinidad, la resurrección corporal de Jesús y la salvación a través de la fe. Sin embargo el “ovispo Macedo” copió desde un principio de los predicadores norteamericanos la llamada Teología de La Prosperidad. Comenzó vendiendo: “piedras de la tumba de Jesús”; “el agua bendita del río Jordán”; “la rosa milagrosa”; sal bendecida por el espíritu santo”; etc. Etc. Etc.
Además los fieles deben entregar diezmos para no ser conducidos en las garras de Satanás. En la Iglesia Universal las reuniones duran dos horas de las cuales mitad del tiempo se dedica a leer la Biblia y la otra mitad a recaudar dinero. Este tema de la recaudación no es el gran invento de Macedo, pero digamos que asegura que Dios dará gratificaciones a sus fieles aquí en la tierra. Si uno entrega más dinero, mas posibilidades tendrá de ser rico en esta vida. El obispo carioca dice: “Yo no sigo a un Dios pobre. Si su Dios es pobre es porque sus pensamientos son pobres (…) La pobreza es del diablo; no de Dios.”.
Macedo ha organizado su empresa en forma piramidal: el es el dueño, lo sigue un grupo selecto de obispos con los que discuten dos veces por año las políticas a seguir. Los más de 7000 pastores distribuidos por todo el imperio solo cobran un sueldo de 500 dólares mensuales, y cuando pastorean más de un templo, reciben una casa y un auto. Lo que se dice un negocio redondo libre de impuestos.
No conforme con los ministerios televisivos-religiosos, el obispo Macedo en los ochenta decidió incursionar en política; quienes lo conocen dicen que su sueño era convertir al Brasil en un estado religioso y gobernar con mano dura y mesiánica. En 1986 patrocinó varios candidatos a diputado, para luego presentar sus propios candidatos. Logró 50 escaños consolidándose como la fuerza evangélica más importante de la cámara de diputados de Brasil. En un principio apoyaron a Collor de Mello a la presidencia ya que consideraban a Lula como el “anticristo”. Diez años después llegaron a un acuerdo electoral con Lula e impusieron –del propio riñon- al candidato José Altenar. Dicen que la presión del gobierno también se hizo sentir ya que durante varios años la Justicia y el gobierno de Brasil habían investigado a los líderes por presuntas vinculaciones con el poco cristiano Cartel de Cali y el lavado de dinero.
En octubre del año 2001 el programa televisivo Telenoche Investiga realizó una investigación lapidaria contra la Iglesia Universal, donde se podía ver a los pastores en pleno proceso de obtener diezmos y donaciones. El negocio era de tal magnitud que mientras el país vivía un de las mayores crisis económicas que se recuerden, los ingresos de la iglesia aumentaron en un cuatrocientos por ciento. La última gran adquisición en la Argentina fue la compra de un predio ubicado en Corrientes y Acuña de Figueroa. Se pagó la bicoca de 8 millones de dólares en efectivo para la construcción del templo principal. El mismo fue inaugurado en marzo del 2004 con capacidad para 2600 personas…. “teología de la abundancia” que le dicen.

Fuentes: “Shopping Espiritual” de Alfredo Silleta Mr Grupo Editorial Planeta 2007

domingo, 6 de diciembre de 2009

FALKLANDS – FUCKLANDS


Ahí estaban. En Plaza de Mayo. Las cruces de las tumbas argentinas del cementerio de Darwin, los restos de la guerra del Atlántico Sur. Colgaban de unas cuerdas escenográficamente dispuestas en una suerte de happening-dulce-siniestro-kitch-fúnebre-artístico: algo típicamente argentino. Debo haber estado un buen rato contemplándolas ya que (como tantos argies) nunca digerí bien lo de las Malvinas. No digerí los muertos, la derrota, el frío, los arenales y que Dios –en última instancia- no fuese argentino. Recuerdo perfectamente que el dos de abril del 82’ no festeje con los demás la “reconquista” de las islas. Nos dieron el día libre en la escuela y fui a buscar a mi novia que no estaba en su casa. Me la encontré luego de rastrearla rezando premonitoriamente en la catedral de San Juan. Con cara de susto me dijo que estaba rogado por el alma de aquellos a los que “esta locura” les iba arrebatar la vida. Y así fue. Esas cruces, veintiséis años más tarde, se me antojaron la metáfora física de los ruegos de aquella adolescente.
Hay un hecho fundamental, ubicuo, conocido y antiguo, pero que siempre ha sido sistemáticamente olvidado -o intencionalmente ignorado- por revolucionarios, contrarrevolucionarios, imperios y gobiernos de toda índole y época: la guerra jamás produce los resultados que esperan los que la provocan. La idea del agresor es siempre la misma, se repite una y otra vez a lo largo de la historia de la humanidad, desde el imperio romano –y más- hasta nuestros días, esto es: se va a provocar un gran bien por el cual se va a pagar el precio de un mal necesario, de poca monta y fácilmente superable: la guerra.
Los militantes –que no siempre son necesariamente militares- desencadenan las hostilidades, civil o extranjera, o la hacen inevitable, o que parezca tal. Se lo hace en nombre e interés de un pueblo, para mejorar su situación, o para evitar su degradación, a costa de sufrimientos previstos....de sangre, sudor y lágrimas, pero aceptados como bastante inferiores a los beneficios que se esperan obtener.
La experiencia de varios milenios demuestra incluso que el vencedor gana siempre menos de lo que había pensado. Si bien, individualmente algunos hombres pueden conquistar con la guerra el poder o la gloria, son muchos más los que encuentran la muerte, la mutilación, la prisión, el acabamiento parcial o total, o un mix de todas las opciones anteriores. El balance colectivo es siempre desastroso, a pesar de la propensión de los vencedores a exaltar las virtudes, o, como afirmó lúcidamente Sartre en su “El Diablo y Dios”: una victoria narrada en detalles es imposible distinguirla de una derrota.
Como el dios Prometeo la guerra cambia constantemente de voz y de rostro a lo largo de los siglos, pero su esencia es siempre la misma: violencia, sufrimiento y muerte. Las guerras en su corazón conservan un núcleo de irracionalidad que es difícil de comprender para nosotros: los admiradores de Gandhi .
En su lúcido libro “El desafío de la Guerra”; Gaston Bouthoul y Renè Carrère, comparan los nueve círculos del Infierno del Dante, con los cuatro que distinguen en los conflictos bélicos modernos. Cuatro círculos que están en constante interacción y comunicación.
Partiendo desde el exterior hacia en interior como en un antiguo teatro encontramos:
- El círculo de los espectadores: aumentado por los mass media: los neutrales;
- El círculo de los coros: las dos poblaciones en conflicto;
- El círculo de los actores: los combatientes en ambos campos;
Y por último:
- El círculo de los muertos. (De los cuales afirmó Platón, eran los únicos que han visto el verdadero final de la conflagración).

Mi respeto profundo para aquellos que dejaron sus huesos en aquellas gélidas y lejanías. Mi compasión para sus desconsolados deudos.

martes, 1 de diciembre de 2009

HOMBRES AL NATURAL


Hay principios y normas relativas al mantenimiento de una casa común que incluyen conceptos tan ajenos a los hombres tales como: cortinas, servilletas, posavasos/pava, desodorantes de ambiente, cubrecamas, mantequeras, pinzas para la ensalada, suavizante de ropa, arreglos florales en general, manteles, servilleteros, cualquier cosa ornamental que cuelgue de una pared, agarraderas, hornillos que desodorizan el ambiente, perchas, planchas, pequeñas alfombras, jaboncitos con forma de fruta (o cualesquier otra forma), cepillos para inodoros, cajas decorativas para guardar cosas, utensilios de cocina de última generación que no sean los viejos y conocidos: cuchillo, cuchara y tenedor. Solo por nombrar unos pocos.
Si a los hombres nos dejaran solos en la naturaleza, desarrollaríamos un tipo de vida en la que no se necesitaría ningún tipo de estas cosas. Esta categórica afirmación se fundamenta en la observación empírica de algunos amigos (separados o solteros) viviendo en soledad y mi experiencia personal.
Cuando en el 2005 mi amigo y hermano “El Indio” tuvo la gentileza de recibirme en su departamento en Madrid, lo primero que noté al entrar era que el mismo semejaba a un campo de batalla una vez que el conflicto ha terminado. Empero, lo que presidía la sala de estar era un equipo de música de última generación por donde salía rock pesado todo el día, todo el tiempo. Cuando el dispositivo se callaba, el rock empezaba a salir de entre los dedos de mi compañero que no tenía una, sino tres guitarras eléctricas -con equipos de amplificación y distorsión- a las que tocaba alternativamente para descargar tensiones luego del trabajo. En lo que atañe estrictamente a decoración también recuerdo que había una mesa, que supongo era de madera ya que nunca la vi totalmente despejada del cúmulo de boletas, papeles, monedas y otros tipo de cosas que perennemente la cubrían. Habían varias sillas plegables de jardín, un televisor (para ver noticieros, partidos de fútbol y carreras de formula uno) y computadoras, muchas computadoras ya que mi amigo es ingeniero electrónico. También había una heladera que contenía dos tipos de alimentos: A y B.
El “A” era pizza congelada y el “B” eran salchichas de Viena para preparar una versión de “panchos al microonda” que el Indio cocinaba (se había auto-cronometrizado ) en 2 minutos treinta segundos (aderezo/s incluido/s) .Cuando llegaba la hora de la cena simplemente preguntábamos ¿Qué querés comer “A” o “B”?
También evoco la mitad de un cenicero de cerámica, donde mi amigo apagaba uno a uno sus nutritivos cigarrillos rubios con destreza de relojero; y algunos platos de color blanco que guardábamos rigurosamente en la pileta de la cocina, listos para ser lavados si se presentaba la ocasión formal de requerir alguno; ya que si comíamos “A” lo hacíamos directamente de la caja, y si pintaba “B” no hacían falta platos.
Jamás se nos hubiera pasado por la cabeza pagar dinero por algo para tapar las ventanas, o por un adminículo especial para poner la manteca. No tengo ningún tipo de recuerdo en cuanto ornamentos de pared se refiere. Era un estilo de vida sencillo y austero: Zen diría un amigo budista.
Por supuesto, según las normas elementales del ámbito doméstico El Indio y yo vivíamos como cavernícolas pero no solo no nos importaba, sino que no lo sabíamos. Éramos hombres, y los hombres en estado natural no son concientes de algunas cosas, como los peces no lo son de vivir en el agua.
Y es en ese estado de beatífica ignorancia que llega el hombre común a convivir con una mujer. Entonces, lo primero que aprende es que conceptos tales como “limpio” u “ordenado”son relativos al tipo de objeto a limpiar, a la superficie del mismo, al material del que está hecho. A la posición del cuerpo layout general de planta, al momento del día, al clima, a los gustos y modas imperantes y sobre todo: al tipo de mujer.
Cuando una mujer “limpia” lo hace con distintos utensilios, con químicos altamente especializados: uno por cada tipo de sustancia a higienizar. Un hombre no. Si tiene que limpiar un baño entrará al mismo con el primer producto que encuentre a mano (que puede llamarse “Blankex”, “Limpiex”, “Àzulex”o Raid; da igual) y pasará dentro del recinto entre tres a cinco minutos –máximo- esparciendo el contenido al azar. Si encuentra un cadáver en la bañera -por ejemplo- seguramente lo rociará y lo secará dejándolo ahí para ver que hace con él mas tarde. Una mujer no, hará un trabajo a escala molecular si es necesario.
En ese estado de beatitud llegué yo a la vida de mi mujer. Un día el Indio terminó su doctorado en España, entonces toqué el timbre de Lore que alquilaba habitaciones de su departamento en Getafe. Pero esa es otra historia.

sábado, 21 de noviembre de 2009

LA SEGUNDA VENIDA DE JESUS


Navegando por Internet se pueden encontrar un sinnúmero de Iglesias Evangélicas, Carismáticas, Pentecostales y aledañas hablando todo el tiempo con desinencias bíblicas, con un argot propio y solo entendible para iniciados (¿O debo escribir “elegidos”?) Hay todo un muestrario de presuntuosos pastores con aires de infalibilidad. De gente – super convencida que al guión se los escribe Dios- anunciando con tonos de catástrofe “la segunda venida de Jesús”. Predican un “Rapto secreto”, o un “Arrebatamiento de la Iglesia”. Esto es, tras la segunda venida del Nazareno, todos los “salvos” serán llevados al cielo donde pasarán unas vacaciones celestes de unos mil años en una “Nueva Jerusalén”, para luego regresar a la tierra que será -para ese entonces- una “Tierra Nueva. Se puede apreciar también que están muy divididos entre ellos, mientras que unos sostienen la teoría de la abducción cósmica, otros no se encuentran tanto de acuerdo con la doctrina del “Rapto Secreto” y predican un sinfín neo-mitologías más emparentadas con la ciencia ficción que con algo que conecte con lo absoluto, o por lo menos con el mundo real.
Los Testigos de Jehová (los más heavyes de todos) esperan “El Armagedón”, o la batalla del juicio final entre el bien y el mal. De la cuál ya conocen el resultado (Jehová gana) y elimina de la faz terrena a todos los hijos de Satanás, esto es, a todos nosotros: todos los “no-testigos- de-Jehová”.
Está cofradía cree que Jesús ya regresó de forma invisible en el año de 1914 (lo dije arriba estamos casi en el terreno de la literatura fantástica). Cuando suceda el Armagedón, Jesús llevará tan sólo a 144.000 humanos al cielo (sic), mientras que el resto quedaran en la Tierra, la cual será convertida en un paraíso.
Pero La Segunda Venida de Cristo en general, es la lógica usada en todas las campañas evangélicas como la solución a todos los males de la humanidad. Obviamente, en una sociedad consumista, llena de materialismo, de nihilismo generalizado, egoísmo, intolerancia (y sobre todo ignorancia) son muchas las personas que llegan a aceptar cualquier doctrina, y se unen a las filas de estas iglesias, en las que el libre pensamiento está desterrado.
Lamentablemente muy pocas personas se preocupan por revisar las bases de estás doctrinas, la validez y el contexto en que fueron escritas. Nadie revisa la biografía de Helen G. de White, de Charles T. Russel (y su insospechada filiación masónica) o las publicaciones de la Sociedad de tratados “La Torre del Vigía”. Una vez que una persona se hace Testigo de Jehová, creerá ciegamente que sus publicaciones provienen de Jehová Dios, mientras que uno que se hace adventista cree lo mismo con respecto a los escritos de Helen G. de White.
Siempre que se le pregunta a los creyentes de la Segunda Venida (o del Armagedón), que porqué Jesús no ha regresado, ellos responden que Dios está extendiendo “su misericordia” para que más personas se salven. Sin embargo, este argumento tiene unos inconvenientes lógicos importantes: ¿Por qué tiene Dios que esperar que la gente conozca “su mensaje?”¿Acaso él –en su omnisciencia- ya no sabe de antemano quien se salva y quien se condena? ¿Por qué le da tantas vueltas al asunto? Si Jesús hubiese venido en 1844 (como lo predijo otro ofuscado profeta William Miller), la humanidad se hubiese ahorrado el sufrimiento de la primera y segunda guerra mundial. Entonces, ¿Por qué no regresó? ¿Porque no viene hoy y nos ahorra los sufrimientos que acontecerán esta noche y el día de mañana?
La respuesta de la razón apunta a que la creencia en un Jesús preparando la valijas para regresar al mundo sentado en una nube, es un sin sentido. De la misma forma que lo es creer que la próxima se verá navidad a Papá Noel viniendo en su trineo tirado por renos sobre las nubes del cielo cargado de regalos para los chicos. Éste facilismo es la razón por la que los creyentes del “Rapto secreto”, “El Armagedón” o “La Segunda venida de Jesús” sean más abundantes que nosotros, los escépticos.
La Segunda venida de Cristo forma parte del repertorio mitológico de los cristianos de los siglos I y II. Según la misma Biblia, se puede afirmar que los primeros cristianos ya esperaban la segunda venida para su época, cosa que nunca ocurrió. El movimiento adventista que se originó en el siglo XIX con las predicciones fallidas de un segundo regreso de Jesús por parte de Guillermo Miller y Elena G. de White, para luego en el XX continuar con la de los Testigo de Jehová, hasta el momento lo único que ha generado son millones de dólares en las cuentas bancarias de estas verdaderas trasnacionales de la fe que –mientras esperan el Apocalipsis- no escatiman en aceptar el diezmo de su feligresía, de hacer predicar sin descanso a sus sinceros fieles (un arduo y comprometido trabajo no remunerado dicho sea de paso). No paran de comprar bienes inmuebles valuados en cientos de miles de dólares. Todo esto mechado con los viejos y consabidos ingredientes usados a lo largo de la historia: el miedo y la culpa.

sábado, 14 de noviembre de 2009

GAME OVER


¿Vale la pena seguir en el ruedo? ¿Vale la pena vivir?. Según la OMS ( Organización Mundial de la Salud) cerca de 10,2 millones de almas en el mundo han respondido “no” en el último año suicidándose; y también calcula que treinta millones responderán de la misma forma en un futuro no muy lejano. Lo sorprendente es que la tasa de suicidio en el primer mundo supera ampliamente los índices que se registran en tercero. Lo anterior, me pregunto: ¿Será el indicio empírico que algo está fallando en el núcleo de la llamada sociedad del bienestar material?
En Europa el caso paradigmático de esta tendencia lo constituyen los países escandinavos. A pesar que estos se enorgullecen de haber creado un sistema caracterizado por tener un alto nivel de vida, la tasa de suicidio supera –siempre según la OMS- las 25 personas cada 100.000 habitantes. Alemania, Austria y Suiza no se escapan, a pesar que germanos suizos y austríacos lleven una vida “más fácil”, tienden más al suicidio que el resto de los europeos. Ya lo dije, los tercermundistas nos suicidamos menos a pesar de vivir peor.
La ciencia habla de factores genéticos, ambientales y culturales. De características físicas, psicológicas, y de las diferentes propensiones entre las diferentes etnias de los distintos países. En cuanto a los factores ambientales, está comprobado que la menor disponibilidad de luz solar durante el año influye en la síntesis de serotonina y otros neurotransmisores entre los habitantes de los países de más alta latitud haciéndolos más propensos al suicidio. Por otro lado en culturas como la japonesa por ejemplo, existe una valoración positiva del suicidio bajo ciertas circunstancias. Al respecto -y en lo personal- no puedo olvidar el espectacular suicidio del escritor Yukio Mishima, luego del copamiento del ministerio de defensa japonés (noviembre de 1970) y el rodamiento de su cabeza a manos de un amigo (que sostenía una katana) al que le había pedido el “favor de la decapitación”; todo esto a posteriori de haberse abierto “correctamente” el vientre con una espada, tal y como lo indica la tradición nipona.
Pero todos los factores antes anunciados no tienen nada que ver con el bienestar material del que gozan las personas: su correlación no está demostrada.
Emile Durkheim (padre de la sociología) llegó a asegurar que el suicido se vinculaba mas a las crisis sociales que personales, haciendo referencia a “crisis” no en el sentido al que estamos acostumbrados lo argentinos, el económico, sino a la ausencia o presencia de normas y valores en la sociedad. Aquella falta total de reglas que lleva al descontrol: la anomia. Los límites se pierden, o tienden a esfumarse, se instala la angustia, aquella tristeza que crece cuando todo da lo mismo. “El individuo llega a pensar que la sociedad no es para él”afirma Durkheim, y sale del escenario. Se auto elimina.
Entre lo suicidas famosos y recientes de la Argentina (a propósito de anomia) figura el eminente cardiólogo René Favaloro. Fue altamente paradójico que alguien que dedicara su vida para ayudar a los demás, a cuidar en los demás el bien más preciado, se quitara la vida terminando así....con un disparo autoinflinjido en el corazón. Todo un mensaje ¿No?­.
En los suicidas de nuestra literatura figuran: Horacio Quiroga, el autor de “Cuentos de la selva” y “ Anaconda” que tomó cianuro luego que le diagnosticaran cáncer en 1937. O Leopoldo Lugones, el poeta que había declamado “la hora de la espada”(y al que Borges le dedicara el prólogo de “El hacedor”) no pudo elegir un arma más noble -y menos viril- para su propio fin que la de un frasquito de cianuro tragado en1938.
La épica caminata de Alfonsina Storni hacia la propia muerte adentrándose en el Atlántico (1938) no es necesario que la mencione.
La eximia poetisa Alejandra Pizarnik, nena mimada del jet set argentino, a pesar de su talento reconocido y de su acobijada situación, decide no vivir más ingiriendo barbitúricos. Corría el 1972.
La autora de “La señora Ordóñez”, y “Los dedos de La mano”, Martha Lynch probablemente por el miedo a envejecer murió frente al espejo que le devolvía la propia imagen con un arma amartillada y apoyada en la sien: 1985.
En ámbito político Lisandro de La Torre, al igual que su maestro Leandro N. Alem, había creído en la política y la política lo había descreído. Hombre puro, íntegro, solterón. En un país donde la pureza y la integridad ( y la soltería en esos años) nunca habían y han significado gran cosa, decide pegarse un balazo el 6 de enero de 1939. O Juan Larrea, eminente miembro de la Junta de la Revolución de Mayo de 1810, y ante las presiones del gobierno de Rosas se quita la vida el 20 de junio de 1847. La lista es larga: Elisa Brown (hija del Almirante Brown), Jorge Mitre (hijo de Bartolomé Mitre), Cristina Ascasubi (hija del poeta Hilario Ascasubi), Florencio Parravicini, Gianni Lunadei, Belisario Roldán, Polo Lugones (hijo de Leopoldo), Juan Duarte hermano de Evita (y del que la historia duda que se haya auto eliminado), Alfredo Nallib Yabràn (la gente también lo duda)....etc. etc.
Y aunque OMS este año tomó el suicidio como tema central para celebrar el Día Mundial de La salud Mental, el porqué una persona decide auto eliminarse sigue siendo un misterio que pertenece al corazón del bosque. Para el ácido Albert Camus ese fue el único problema serio de la filosofía: juzgar si la vida valía o no la pena de ser vivida. Sentenciando que nadie tenía derecho a juzgar en el otro una decisión tan extrema como la del suicidio.
A excepción de unos pocos, nótese que el común denominador de lista de nuestros famosos suicidas (y es mucha más larga) era su extrema sensibilidad. En un mundo ciegamente insensible esta es ya una gran desventaja.
Debatiendo sobre la muerte de Favaloro con un amigo profunda y sinceramente católico; disparó una frase que me quedó dando vueltas en el alma: “El suicida es el màs valiente de los cobardes”, y puede que tenga razón. Pero en mi fuero íntimo me quedó rondando otra:
“Ahora es invulnerable como los dioses, nada en la tierra puede herirlo”. - escribió Borges sobre el suicida que ya tomó la decisión .

jueves, 22 de octubre de 2009

GAY


Somos una sociedad homofóbica, producto de una cultura homofóbica de profunda raigambre en la matriz judeo-cristiana de pensamiento (o símil monoteísta). Las primeras referencias de condena a la homosexualidad se remontan al libro bíblico de Levítico, que describe las relaciones entre hombres del mismo sexo (para el machista de Jehova las lesbianas no existían) como una "abominación" y que ameritaría la pena capital como castigo.
La atracción sexual hacia la gente de un mismo género es considerada de inspiración diabólica en todas las comunidades cristianas de orientación fundamentalista evangélica. Mientras que la Iglesia católica (hoy en día mucho más “polite” que en el medioevo) admite que no es pecado ser gay, sino practicar la homosexualidad (sic)…
Muslmán y Gay son términos excluyentes. La homosexualidad es considerada un delito y está prohibida en la mayoría de países mahometanos, que pueden terminar en la lapidación del implicado, ante una caída de pluma o el menor quiebre de muñeca.
En nuestra cotidianeidad pueblerina los gays – en el mejor de los casos- son mirados con un dejo de sorna. Al pasar delante de las mesas de café, dejan una estela de risitas y/o comentarios socarrones por parte de los monolíticos y jocosos heterosexuales.
Unos datos reveladores sobre las consecuencias profundas, que la aceptación de la homosexualidad tiene en nuestra sociedad, son las cifras del informe sobre la incidencia de la orientación sexual en los intentos de suicidio entre adolescentes. Según un informe publicado en el “American Journal of Public Health” (por supuesto en Argentina no hacemos ese tipo de investigaciones) EL 28,1 % de los adolescentes varones homosexuales habían intentado suicidarse, frente a un 4,2 %, entre los adolescentes varones heterosexuales. Siempre según este artículo, treinta de cada cien suicidios entre jóvenes son cometidos por gays y lesbianas, a pesar que este sector de la población no supere el 10% de la misma, lo cual supone un índice de suicidio tres veces mayor. Tal y como señala el sociólogo español Juan Perez Jiménez, “si estos números no nos conmueven hasta el estremecimiento, es que debemos estar muy seguros de que personalmente hacemos todo lo posible para que eso no sea así”. Pero si este no es el caso, deberíamos reflexionar sobre qué es lo que lleva a un tercio de ese sector joven de la población a desear su propia muerte. Qué mensajes implícitos les hace llegar una sociedad que se vende como abierta, libre, tolerante y justa. Esto pone en evidencia lo mucho que queda por hacer en materia de tolerancia, a pesar del camino recorrido. El aumento de la visibilidad de gays y lesbianas es un ingrediente más en el nuevo rompecabezas de relaciones y roles emocionales de la posmodernidad. La mera aceptación de su existencia y el reconocimiento de todos sus derechos enriquecen un escenario social donde los roles clásicos y excluyentes empiezan a desmoronarse. A pesar de esto, me parece increíblemente segado y limitado que sea la preferencia sexual, la característica que defina a un grupo social en su complejidad. La propia expresión “comunidad gay” tiene ya una connotación cerrada y excluyente que, si bien refuerza a un sector de la población más vulnerable a la hora de hacer frente a la marginación, lleva implícita una diferenciación que no debiera ser permanente. No en el siglo XXI.
Creo que por eso admiraba a Fernando Peña. No tanto por sus dotes histriónicas y sus alocuciones de lúcido urbanita, sino por su condición de tábano socrático (tábano gay se entiende) Peña, en medio de su evidente trastorno de personalidad múltiple, de su caleidoscópica mirada de insecto, usaba los medios de comunicación en general y sus personajes en particular a modo de espejo. Exhibiendo y haciendo gala de la propia homosexualidad, del hecho de ser HIV positivo, ponía brutalmente a la sociedad de frente a sus propias contradicciones y tabúes. Frente a su propia su propia hipocresía. Cerraría este artículo parafraseándolo. Diciendo que si decimos “yo no soy homofóbico me banco a los putos” es lo mismo que decir “yo no soy antisemita si hasta tengo un amigo judío”…

sábado, 10 de octubre de 2009

EL 11 DE SEPTIEMBRE OCHO AÑOS Y UN MES DESPUĖS


Nos han vendido pescado podrido. Siempre. Es más que sabido que el pueblo norteamericano no quería combatir ninguna de las dos guerras mundiales. También es fama que Woodrow Wilson ( más tarde premio Nóbel de la paz ) supo hábilmente manipular la opinión pública para hacer entrar al país en la primera y Roosvelt supo manipular a los japoneses para hacerlos hacer la primer movida en el tablero de Pearl Harbor. Después de un ataque externo de enormes proporciones, fue el pueblo norteamericano el que clamó entrar en el segundo conflicto bélico.
Pero hablando de jugadas estratégicas...el comportamiento del pretérito presidente George W. Bush el 11s dejó mucho que desear, o al menos despierta muchas sospechas. Me explico:
Según la constitución americana Bush no solo era el presidente de los Estados Unidos, sino el comandante en jefe supremo de las fuerzas armadas (art. 2 de su constitución). En caso de una crisis como la del 11 de septiembre lo mínimo que se espera de un " comandante supremo" es que se precipite al cuartel general del Estado Mayor para dirigir las operaciones y al mismo tiempo recibir las últimas noticias sobre absolutamente todo lo que va ocurriendo. Esto jamás sucedió con Bush. Jamás. Nunca se precipitó sobre nada, siguió impertérrito escuchando a infantes leer libritos de jardín.
En el lejano 2003, Stan Goff, docente de "Ciencia y Doctrina Militar" en West Point escribió un libro: " The So- Called Evidence is a Farce". En él Goff declamaba: " No tengo idea por que los ciudadanos no se están haciendo algunas preguntas muy especificas respecto del comportamiento de Bush y compañía el día de los atentados". El 11 de septiembre del 2001 cuatro aviones son secuestrados, desvían su plan de vuelo y todo el tiempo quedan bajo las pantallas del radar de las fuerzas armadas sin que en ningún momento se sigua el " procedimiento gubernativo standard en caso de secuestro de aviones" que ( entre paréntesis ) es obligatorio y automático en los EEUU. Si un avión se desvía de su plan de vuelo, inmediatamente se deben enviar cazas de combate a averiguar el porqué. Son disposiciones legales obligatorias que no necesitan de la aprobación presidencial, la cual solo debe ser requerida en caso de ser necesario abatir el avión en cuestión.
Goff en su libro lo dice bien claro:" Los aviones fueron secuestrados entre las 7,45 y las 8,10 AM hora de Nueva York. Nadie es informado y esto ya constituye un hecho sin precedentes". Pero Bush no solo no es informado sino que está yendo a una escuela primaria de Florida a sentir leer algunos alumnitos. A las 8,15 horas debería ser muy claro que algo terriblemente grave estaba sucediendo...el presidente está estrechando las manos de maestros y profesores. A las 8,45 mientras que el vuelo no.11 de la American Airlines se estrella contra el World Trade Center, Bush se acomoda entre los niños para un servicio fotográfico en la Booher Elementary.
Cuatro aviones han sido claramente secuestrados simultáneamente (un evento jamás visto antes en la historia ) uno de ellos se ha apenas zambullido contra las torres más famosas del mundo y todavía nadie se ha ,molestado en informarle al Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, ni siquiera a la Aeronáutica Militar.
A las 9,03 el vuelo no.175 de la United Airlines se estrella contra la segunda torre. A las 9,05 Adrew Card, el jefe del gabinete de la casa Blanca, le susurra al oído algo al Presidente Bush que " cambia la expresión facial por un instante", ¿Suprime la visita a la escuela y convoca un comité de crisis? No. Continúa escuchando a los alumnitos y sigue haciéndolo hasta que el vuelo no.77 de la American Airlines dá un imprevisto viraje dirigiéndose hacia Washintong D.C. ¿Le da instrucciones a Card para hacer partir la aviación militar ? No. Veinticinco tremendos minutos más tarde, hace una declaración pública en la cual le informa a los EEUU aquello que Estados Unidos ya sabe por sí solo: Algunos aviones secuestrados han sido protagonistas de un atentado terrorista contra el World Trade Center. En tanto otro avión ha sido secuestrado y esta apuntando derecho hacia Washinton, pero la Fuerza Aérea no ha recibido ninguna orden de interceptación todavía.
A las 9,30 mientras Bush hace las aclaraciones arriba mencionadas el vuelo no.77 de American Airlines se dirige hacia la Casa Blanca...en Washinton D.C.
A las 9,35, otro avión cumple un inesperado giro de 360 grados y se dirige hacia el Pentágono. Dicho avión quedará siempre visible en las pantallas de los radares, pero el Pentágono no será evacuado sino hasta después del impacto. La aviación todavía no ha mandado cazas de interceptación, ni de ningún tipo a sobrevolar Alexandria y Washinton.
Y aquí viene la parte más inverosímil: Un piloto teóricamente inexperto, que ha hecho un curso en Florida ( en una escuela para Piper Cubs y Cesnas ) hace un descenso en espiral perfectamente controlada, recorre los últimos 7000 pies en 2 minutos y medio, vuelve a estabilizar el avión en horizontal hasta que se planta en el flanco del edificio del pentágono. Con la precisión de quien clava un alfiler en un mapa.....Muy "cásual"
¿No?
En una situación de alerta máxima, ningún caza ha sido todavía mandado, ninguno pedirá reportes, ni reprimendas, nadie ha sido acusado por incompetencia...A finales de enero del 2002, el presidente Bush le pidió al presidente del senado Tom Daschle limitar las investigaciones del Congreso sobre el 11 de septiembre, la excusa es que de otra manera se habrían sustraído fondos y personal contra la guerra al terrorismo internacional, en particular el islámico.
El desaparecidísimo Osama fue retratado (y quizá lo sea) como un fanático islámico irracional que debe ser llevado ante la justicia vivo o muerto. Afghanistán, objetivo de toda esta ejercitación, fue "liberado" y "democratizado". Gesto que agradeció la petrolera californiana Union Oil, encargada de construir un oleoducto que partiendo de Turkmenistan, atraviesa Afghanistan y Pakistan hasta el puerto de Karachi en el océano Indio. Proyecto que había sido abandonado durante el régimen Talibán...
Desde que los continentes han comenzado a interactuar políticamente 500 años atrás, Eurasia ha sido el centro del poder mundial. Eurasia produce el 60% del Producto Bruto mundial y dispone de tres cuartas partes de las reservas energéticas conocidas del planeta. Quien controle el metano y el petróleo del Caspio controlará el mundo ¿Simple no?. Pero a la gente le gustan las historias de holywodenses de héroes y villanos. De bomberitos evangélicos que le rezan a Dios y salvan vidas. Con eso se queda la gran mayoría. Lo dije al principio y lo repito: nos venden pescado podrido y nos lo comemos con un gesto de asombro a flor de labios…come esperado el próximo capítulo de la telenovela global.

Fuente: Gore Vidal "Reflections upon Imperial Medacity and Others Sad Truths" Fazi Editore 2002



sábado, 3 de octubre de 2009

PUBLICIDAD E IDENTIDAD


En los albores del capitalismo industrial (fines del siglo XIX y principios del XX) la patronal concebían a sus trabajadores solo como bestias de carga: “un hombre de la categoría de los bueyes” según palabras de Frederick Taylor, uno de los padres de la moderna Administración de Empresas.
Solo un puñado de visionarios industriales de la época, entendió que “los bueyes” podían serles muy útiles: bièn como consumidores reales, bien como consumidores potenciales de los bienes y servicios que ellos mismos producían. Pero esto exigiría un gran esfuerzo por parte del sector. “La producción en masa”, decía en 1919 Edward A. Filene, el magnate bostoniano de los grandes supermercados, “exige educar a las masas; las masas han de aprender a comportarse como seres humanos en un mundo donde rige la producción en masa [...] No solo deben llegar al nivel de la mera alfabetización, sino dela cultura”. En otras palabras, el fabricante debía “educar” a las muchedumbres en la cultura del consumo. La producción en masa exigía cada vez más - y para no colapsar- de un mercado masivo en constante expansión que las absorbiera. Es aquí donde entra la publicidad como maestra y vedette de las grandes multitudes. Al principio solo llamaba la atención sobre el producto y ensalzaba sus ventajas, pero esto se demostró insuficiente ante un consumidor perennemente insatisfecho, inquieto, ansioso y aburrido. Entonces la publicidad cambia su discurso oficial empezando a propagar la idea no de vender bienes, sino “estilos de vida”. El viejo sueño de Filene comenzó a realizarse, se empieza a educar a las masas en un hambre insaciable de nuevas experiencias y realización personal. Se proclama el consumo como la gran respuesta ante las penurias consuetudinarias de la existencia, tales como la soledad, la enfermedad, la vejez, la muerte, la insatisfacción sexual...creando al mismo tiempo nuevas formas de insatisfacción típicas de esta era moderna.
El consumo promete llenar ese vacío, y empieza a rodear a sus productos de un aura romántica, con alusiones a lugares exóticos, experiencias emocionantes e imágenes de senos femeninos de los que manan ( cual pagana Vía Láctea) todo tipo de bendiciones posibles e imaginables. La propaganda de bienes empieza a cumplir una doble función, en primer lugar proclama el consumo como una alternativa a la protesta o la rebelión. El trabajador cansado ,en vez de intentar modificar sus condiciones de trabajo, busca renovarse en el consumo de nuevos -y cada vez màs brillantes- bienes y servicios. En segundo lugar, la propaganda del consumo hace de la propia alineación una mercancía, apunta a la desolación espiritual de la vida moderna proponiendo al consumo como panacea, como una cura, como la Gran Respuesta a todos los males.
Y así llegamos a nuestros posmodernos y globalizados días. Donde el sueño de las masas educadas en la cultura del consumo es por fin un hecho. Antiguamente en la sociedad anglosajona de principios del XX, los puritanos guardianes de la moral y las buenas costumbres urgían a los trabajadores a trabajar porque era una obligación moral, ahora los espolean a trabajar para disfrutar de los beneficios del consumo ilimitado. La gigantesca organización de nuestras sociedades modernas, tan informatizadas, tan eficientes, tan interconectadas da la sensación que solo propende a eso...al aumento progresivo de nuestros pequeños placeres, a eso se le llama mercado, y no merece otro nombre.
Y hete aquí el paraíso que hemos construido, donde abunda cada vez más la gente que se incrusta en un prototipo social, en un rol estereotipado que los guía por este mundo y por la vida a costa inclusive de la tan mentada personalidad (con o sin aditivos químicos). Son legión los motoqueros, los surferos, los windsurferos, los roqueros (subdivididos a su vez en diez mil sectas), los folcloreros, las seudo danzadoras de vientre seudo-oriental, los breeders o beatos, los cuarteteros, los new agers (subdivididos a su vez en otras diez mil sectas), los chetos, los conchetos, los fashion, los “metros sexual” etc. etc. Cualquier cosa es bienvenida para evitar pensar cada día donde dirigimos nuestras vidas. Hay que vestirse de la forma adecuada, comprarse determinados accesorios a buen precio de mercado, limar lo que sobra de uno mismo, aprenderse unas cuantas frases hechas, sin cuestionarse lo que se piensa o lo que se siente realmente. Por eso la globalización es un gran éxito en este mundo empastillado, por eso nos parecemos tanto los unos a los otros. Por eso a todos nos gusta lo mismo: las películas de Spilberg, la TV basura sobre la farándula, los parques temáticos, la comida chatarra y sus apetitosas hamburguesas... y desde chicos los Pokemons, los Power Rangers y los video juegos ..... pero el “paraíso” es justamente eso: ilusión, expectativa, espectáculo al fin y al cabo.

domingo, 27 de septiembre de 2009

SERIAL KILLER


A veces –y ante la cotidiana constatación de lo contrario- se me antoja que de la herencia de tantos, tan grandes y tan buenos pensadores, los humanos nos hemos quedado con la ingenuidad de Rosseau (gran ganador de la batalla de la Ilustración) sin prestar atención al prudente relativismo de Voltaire, o a las oscuras advertencias de Sade, quien -a inicios de la era republicana- fue sin dudas el mas perturbador de los profetas del individualismo exacerbado. Sade ( en su dimensión menos conocida) imaginó una sociedad futura de seres absolutamente anónimos y reducidos a una dimensión de “objetos intercambiables”, funcionando solo en virtud sus pulsiones sexuales: evidentes o sublimadas. Profetizó la futura subordinación de todas las relaciones sociales al moderno concepto de “mercado” y a la venta de placer como única empresa vital. Como vemos se acercó demasiado a como están las cosas hoy en la “aldea global”.... pero tratarlo en profundidad exigiría mucho más que un simple artículo.
El pensamiento generalizado, dijimos, que rige hoy las democracias occidentales -y todas nuestras instituciones- parte del viejo axioma “russeauiano” que el hombre es bueno por naturaleza y que, por lo tanto, todos lo males en que ha incurrido a lo largo de la historia son producto de condiciones externas. La violencia, la agresividad, las adicciones, la discriminación racial y sexual, las guerras...no están en la naturaleza humana, sino que le han sido impuestas por formas de vida equivocadas o por sistemas fallidos. Pero perfeccionables “ad infinitum”. El hombre llega a la vida puro y blanco, es solo el condicionamiento externo lo que le convierte en un futuro asesino o un futuro benefactor de la humanidad. Las decisiones de varias generaciones de políticos, el pensamiento de varios intelectuales, el accionar de miles de instituciones hasta el día de la fecha se han basado en esta axioma. Es entonces -y como emergiendo de los sustratos mas profundos del inconsciente colectivo- cuando surge la figura del “asesino serial”, el psychokiller, el asesino psicópata: el antihéroe por excelencia de la posmodernidad. Surge encarnando el Mal (así con mayúsculas), el lado oscuro del ser humano, todo aquello que -formando parte íntima de nuestro atávico acervo genético- nos hemos de alguna forma esforzado por negar y enterrar como si jamás hubiera existido. El serial killer es tanto un ser humano real como una neo-criatura mitológica, creada y recreada sea por la cultura de masas, como los medios de comunicación y la cultura pop. Es algo así como la suma imaginaria de todos los miedos del hombre moderno, pero con una presencia cíclica, escalofriante y con mucho asidero en nuestra realidad. El concepto nace – como no podría ser de otra forma- en la patria de la posmodernidad práctica (la teórica dejémosela a los franceses) en el país que inventó el cine, el cómic, el rock and roll, la comida rápida, Disneylandia, Hollywood y Las Vegas. Este tipo de persona mata porque sí, reiterativa, compulsivamente, sin un motivo aparente, con estudiada frialdad, con cultivada pericia y delectación. La experiencia ha demostrado que la mayor parte de ellos son hombres jóvenes, de una edad comprendida entre los 27 y los 30. Suelen ser de raza blanca, muy inteligentes y de aspecto anodino e incluso agradable. Solo que en lugar de tomar el desayuno por la mañana, hacerse el nudo de la corbata, arrancar el auto y sentarse en una computadora a trabajar, es altamente probable que bajen a un oscuro sótano insonorizado y se dediquen a torturar a su tercera o cuarta víctima. O se dedique a jugar un rato con ciertos “souvenirs” que le han sobrado de alguna carnicería pretérita: restos humanos que devorará, conservará o utilizará como un fetichista adminículo decorativo.
La mayoría de ellos proviene de familias de clase media, con una infancia normal, aunque alguno ha sufrido malos tratos de parte de los padres. Su vida familiar es generalmente insatisfactoria. Pero en cualquier caso ni la pobreza, ni la falta de medios parecen tener algo que ver con su determinación criminal. Cualquiera puede ser un serial killer, es más, la mayoría de las veces aparenta ser muy poca cosa. Puede ser ese vecino tímido que nunca saluda, el callado gordito de la esquina del que apenas sabemos algo o, por el contrario, ese joven espléndido y extravertido que les da siempre el asiento a las ancianitas en el colectivo. Puede ser un gris burócrata de escritorio (valga la redundancia), o el técnico que vino los otros días a conectarnos la línea del teléfono. Todos y ninguno, el auténtico hombre de la multitud de Edgar Allan Poe. De ahí la dificultad que tiene la policía para atraparlo.

domingo, 6 de septiembre de 2009

DESPENALIZACIÓN


El estilo de vida que hemos creado no basa su razón de ser en la satisfacción de las necesidades del individuo, sino en su contrario: la perenne insatisfacción. Diseñadores de modas y de autos, supermercadistas, almaceneros, peinadores, manufactureros, etc. etc. necesitan un individuo constantemente insatisfecho para que consuma y que la economía no se “enfríe”. El famoso “círculo virtuoso” del consumo de los economistas. Entonces siempre debe haber un producto más lujoso, un coche más grande, un celular mejor, un producto de última generación, un accesorio que no viene en serie, un modelo que no tenemos.
De todos los papeles que puede desempeñar el ciudadano contemporáneo, la vida actual promociona particularmente dos: el de consumidor y el de espectador. Y podríamos decir que el consumo de drogas recreativas no hace otra cosa que la consecuencia del constante ejercicio de ambos roles. Por otro lado –dicho sea de paso- los medios jamás reflexionan sobre cuál es el atractivo de consumir drogas (porque alguno debe tener en cuanto mantiene encandilada a gran parte de la población mundial).
Pero más allá de frivolizar sobre el tema, se puede decir que vivimos en un tiempo donde las emociones más fuertes y disímiles se nos ofrecen como cotidianas. En el que a diario –y mientras comemos- en la pantalla del TV, no solo nos bombardean con una publicidad que nos recuerda cuán “incompletos” o insatisfechos estamos, sino nos relatan las mayores tragedias, los éxitos más refulgentes, las alegrías y las desgracias más extremas. Contra eso nuestra pobre, gris y simple existencia mortal se queda corta. No hay como competir contra tanto abalorio y tanta fanfarria post-producida. Ante esto los jóvenes -sobre todo ellos- desean acceder a estas vivencias de alto voltaje que tanto se promocionan, ya que la existencia de las mismas para otros, es más que evidente. En ese contexto las drogas son un vehículo fácil para potenciar las emociones. Además, el repertorio de productos clandestinos o legales es tan amplio, que cada sábado a la noche se puede optar entre estar eufórico, relajado, hiperactivo, ensoñado o extasiado…. Por otro lado esto no es nuevo, ya lo decía el viejo tango a principios del siglo pasado:“no se conocía cocó (por cocaína) ni morfina, los muchachos de antes no usaban gomina”.
Las drogas se convierten en una indumentaria del ocio, como la ropa, el peinado o la música, la droga es un accesorio más. Solo hay que elegir el registro que se quiere explorar ese día y siempre hay una sustancia o combinación de sustancias que lo activen: si no pregúntenle a la gente que organizan “la previa” antes de entrar a bailar, que se afanan día a día en lograr combinaciones más locas que dejan cada tanto algún pibe en coma etílico.
La adicción adopta formas infinitas y se ha normalizado tanto que lo extraño es no tener ninguna, desde el consumo de pornografía, pasando por el alcohol, los tragamonedas, la TV, los videojuegos, el fútbol, Internet, la comida, el trabajo, el deporte o inhalar pegamento. Estados Unidos (el paraíso terrenal del consumo) cuenta con catorce millones de consumidores de drogas ilegales, doce millones de tomadores compulsivos, sesenta millones de adictos al tabaco, cinco millones de ludópatas (adictos al juego), quince millones de adictos a las compras.
Despenalizar, es un signo de madurez social, es reconocer que hay un problema, una disfuncionalidad colectiva profunda anterior al consumo de estupefacientes y de la cual el adicto es solo la consecuencia. Esto por no mencionar el consabido hecho que para que haya tráfico de sustancias ilegales, es necesario la existencia de silencios cómplices, de gente que mire hacia otra parte y no haga bien su trabajo, mientras los narcos hacen el suyo.

domingo, 16 de agosto de 2009

EL SANTO DE LA ESPADA




Cualquier prócer de la historia argentina puede ser cuestionado, debatido, sometido a polémica, excepto San Martín. Con San Martín no se jode. Increpar la figura del General es como “traición a la patria”, no está permitido. En la escuela, sobre todo las maestras, nos hicieron crecer con la idea que el Libertador era un semidiós. La historia que nos transmiten es linda como una fábula. Bella y hasta cierto punto naif, pero nadie se la cree: Entonces: ¿Quién fue de verdad el General San Martín? Y sobre todo ¿Cuáles fueron sus motivaciones más íntimas?
Su hermano masón, Bartolomé Mitre, nos cuenta que nació en Yapeyu, en 1778; y que fue hijo de un capitán español Juan de San Martín y su esposa Gregoria Matorras, ambos de Palencia. Cuando el pequeño José tenía cinco años la familia vuelve a España. Ahí cursa sus estudios primarios en el Seminario de Nobles de Madrid. Cuando el prócer tenía solo once años, su padre lo interna como cadete en el regimiento de Murcia, donde crece y se forma en la atroz disciplina del ejército profesional español. En 1791 sabemos que combate en África. Que guerrea sin tregua y con valor inusitado durante treinta y tres días al frente de su compañía. Tenía solo trece años. Durante los próximos cuatro lustros no conocerá otra vida familiar que la de los cuarteles. Ni una palabra de más, ni una imprudencia, ni una indisciplina, ni la sombra de una insubordinación, ni un desliz, ni un amor, ni una pasión que se sepa o haya quedado registrada en la historia. Todo es impecable, austero, marcial y disciplinado en la vida de este joven hombre.
Cuando lo condecoran en 1808 y 1811 por las batallas de Bailén y Albuera está convertido en un teniente coronel de solo treinta y tres años: curtido, callado, profesional, conocedor como pocos del arte de la guerra en el viejo mundo. Ha combatido contra moros, ingleses, franceses y portugueses. Las ha pasado todas: batallas navales, sitios, disturbios, motines, ajusticiamientos, ofensivas a campo abierto y demás. De todo. Siempre al servicio de España.
Criado en el ejército, educado en Madrid, hijo de españoles, valiente y adusto pareciera que está en ventaja respecto de sus pares para ascender como ninguno dentro del ejército, pero esto no sucede…
Sabemos que 1812 se embarca hacia la Argentina para ponerse a disposición del gobierno democrático aún en formación. Permanece en el país solo diez años. Dirigirá brillantemente toda la guerra revolucionaria de liberación contra España, esto es, contra todo el universo al que había pertenecido durante su vida. Esta guerra no solo lo consagraría como exitoso revolucionario, como brillante estratega, como incansable organizador. Sino que el conflicto lo llevará hasta Perú, donde el 26 de julio de 1822, en la ciudad de Guayaquil se entrevista con otro hermano masón suyo: Simón Bolívar. Nadie sabe que se dijeron en esa reunión, y por esto la misma está envuelta de misterio. Lo cierto es que después de ella renuncia a su cargo de Protector del Perú (poco menos que un Virrey) y ese mismo año -a la muerte de su mujer- elige volver a Europa, para educar a Merceditas, su única hija donde permanecerá los siguientes 28 años. Mi profesora de historia de tercer año nos decía, que San Martín se retira de la escena porque “detestaba las luchas entre hermanos”. Pero vemos que el libertador no había hecho otra cosa que luchar – y de manera sangrienta – contra sus hermanos españoles desde hacía diez años (contra papá, contra mamá, contra el Seminario de Nobles de Madrid y contra todo el universo militar que lo había visto crecer). Por lo tanto esa no podría ser la motivación. ¿O se refería quizá la profe al episodio de 1820 en que gobierno de Buenos Aires le pide volver desde Perú para aplastar la anarquía que empezaba a reinar en la Argentina y el contesta: “Jamás derramaré sangre de mis compatriotas, solo desenvainaré la espada contra los enemigos de la independencia de América”? Pensemos un instante ¿Qué otra cosa se disponía hacer en el Perú sino desenvainar la espada contra compatriotas donde lo esperaba “otra guerra civil”?.. el curtido soldado –al que jamás le temblaba el pulso- solo combatía contra rivales “ideológicos”. Ese es otro cantar. Cuando en 1829 rompe el exilio voluntario y vuelve a Buenos Aires, los mensajeros de Lavalle le dan desconfianza, huele conspiraciones en el aire y decide no desembarcar. Rechaza el pedido de hacerse cargo del gobierno y vuelve a Francia para siempre. Desconcertante actitud. Dotado para el mando y la organización; preparado y honesto, parece ser que hay cosas que lo asquean o lo espantan: la pleitesía y las intrigas palaciegas de poca monta. Huye de ambas.
No me puedo olvidar una vez que Maradona -con su peculiar estilo- dijo que para él “El Ché” había sido más grande que San Martín ¡Y me banco lo que digo! Agregó haciéndose con pulgar e índice una seña en la barbilla… ¡Error Diegote! Hay paralelismos asombrosos ente ambas biografías.
Los dos fueron educados en la clase alta con principios que luego rechazaron
Los dos se enamoraron de grandes utopías: Guevara de la socialista, San Martín de la Revolución Francesa y la democracia.
Ambos eligieron un país para aplicar sus ideales: uno Cuba, el otro Sudamérica
¿Cuál fue la patria de Ernesto Guevara? ¿Argentina, Cuba o Bolivia por la que dio la vida?
¿Cuál fue la patria de San Martín? ¿La Argentina que le vio nacer y a la que liberó? ¿España que lo educó y lo vio crecer? ¿Francia, la que eligió para morir?...
Ama a su patria pero decide irse lejos. A la hora de elegir un lugar donde estar en paz, un lugar donde ser feliz y educar a su pequeña no elige la Argentina. Pelea por el poder, pero una y otra vez siente el impulso de “renunciar a todo” y alejarse. En esos momentos -de carne y hueso- da la sensación de no saber cuál es su nación, ni siquiera quién es el mismo. Es en esos momentos de titubeo es donde el general me gusta más, porque entreveo su duda, su humanidad. Es en esos momentos de enormes contradicciones donde lo siento – total e inevitablemente- el padre cabal de todos los argentinos.

miércoles, 1 de julio de 2009

GUERRILLA: LA PASIÓN DEL “CHE” SEGÚN SODEMBERG


Cuando un ideal es defendido con la vida este toma la forma de aquello que lo defendió. Adquiere sus rasgos, perdura en el tiempo con su semblante. Reverbera en los años con su nombre. Las leyendas se nutren de eso. Los antiguos griegos lo sabían perfectamente: belleza, heroísmo y desaparición temprana; eran los condimentos con los que se conjuraba un héroe. Para la historia, para el mito o para ambos.
El Che es esa polisémica figura con la que la rebeldía tomó un cuerpo de hombre y lo hizo icono de un siglo sangriento, complejo y contradictorio. Es más, no se puede comprender ni concebir el oscuro siglo XX sin el paso de este argentino por sus años. Porque el Che es uno de los varios misterios que cohabitaron en el cuerpo de Ernesto Guevara: El frágil hijo de una familia tradicional, el joven bohemio, el universitario mediocre, el médico, el militante, el guerrillero, el escritor, el comandante, el ministro, el intelectual, el padre, el marido, el “homicida” (para sus detractores), el mito.
Cual agnóstica deidad de varios rostros, en una sola lectura para la vida del Che, Guevara resulta siempre insuficiente y viceversa. El concepto de misterio es connatural a su existencia ya que de él no se entienden varias cosas. En general lo que hizo y por qué lo hizo.
En particular:
-No se entiende como el niño bien de una familia acomodada abrace la causa de los desprotegidos y explotados muriendo por ellos.
-No se entiende como el mediocre estudiante de medicina se transforma en un intelectual brillante.
-No se entiende la metamorfosis del bohemio inofensivo en guerrillero letal.
- El paso del asmático crónico al tipo que (fumando pipas y habanos) trasciende sus límites físicos.
-No se entiende (o sí) como es que habiendo llegado al la cúspide del poder deje todo (incluidos mujer y cinco hijos) para ir a morir en la ignota localidad de La Higuera.
Pero por sobre todo –y ya en Bolivia- no se entiende porqué comete errores fatales. Por qué se contradice a sí mismo al no actuar (o actuar puntualmente al contrario) de como el mismo aconsejara en su “Manual de guerra de Guerrillas”. ¿Tozudez? ¿Auto boicot? ¿Sabía que nadie le hace sombra a los Castro y que si volvía a Cuba su suerte iba a ser –quizá- la de Camilo Cienfuegos? Bueno, estos misterios no son develados por Sodemberg en su film, que opta por una precisión estética indiscutible (como solo un hijo de Hollywood sabe lograr) perfecta en las formas pero sin la pretensión de llegar a una verdad sobre el complejo Guevara. Está bien, no es obligación del cine hacerlo, ni la de ningún arte, pero uno espera que se juegue por una alternativa…aunque sea contraria. Sodemberg en vez fotocopia con precisión “El Diario de Bolivia” y lo lleva a la pantalla, sostenido por la actuación impecable de Benicio Del Toro que sí se sumerge en el personaje. Y si bien –tal y como dijera Perón- “esto de la guerrilla es más viejo que mear en los portones”, la incógnita del guerrillero más reconocido queda. A pesar de Sodemberg.

sábado, 20 de junio de 2009

COMPULSION A LA PERPETUACION


-¡Armando! Sentí en el celular – soy Claudio,¡Berty está mal!. Muy mal. Ayer Cecilia le “picó el boleto”, le retiró los embajadores y se fue a la casa de sus viejos con los chicos.
-¿Y por qué?, le dije extrañado.
-Es que le pilló un SMS de una alumna de Londres. No es lo que decía, sino como estaba firmado: “Your lovely england betch”…y vos sabès que Cecy sabe inglés… ¡le tiró el celular por la cabeza! Ahora tiene un punto en la ceja...
-¿Ya pasó “la noche oscura”? le pregunté como en automático (primer noche de un neo-divorciado lejos de su casa, sus hijos y su –ahora- ex-mujer)
-Sí sobrevivió pero ha faltado al laburo y está entre deprimido, sacado y melancólico. Pasa de un estado a otro cíclicamente y sin control, tengo miedo que haga una cagada Hay que ir a verlo.
Esa misma tarde fuimos a su casa. La casa de un biólogo (hijo de biólogos) que entre portaobjetos y microscopios a los cuatro años había empezado a mirar células, amebas y paramecios. Que con el tiempo (poco tiempo) había devenido en algo así como en un precoz genio de la genética. Y que terminó a una corta edad dando clases en una maestría de una universidad londinense. Tenía una novia de toda la vida: Cecilia, que también era bióloga y con la que esperó siempre casarse y tener hijos: dos párvulos.
Cuando llegamos al hogar de Berty (una gran biblioteca de genética con ínfimas dependencias para dormir y comer) se notaba que la crisis empezaba a hacerle mella: fumaba copiosamente, tomaba un único mate lavado sin parar, mostraba unas profundas ojeras y signos evidentes de una incipiente malnutrición. Los conocimientos de bromatología -seguro- comenzaban a flaquearle, a ojos vista colonias de bacterias empezaban a formarse por doquier: sobre todo en el baño y la cocina.
Al vernos (cual Hamlet criollo-mate-en-mano) empezó verborràjico (conste: no escribí sicótico) un monólogo que se remontaba al origen del homo sapiens como especie. A nuestros albores cavernícolas. A las difíciles premisas bióticas sobre las cuales se cimentó nuestra dificultosa supervivencia. Casi podía ver a nuestros greñudos antepasados cubiertos de pieles, calentándose en el fuego de una ignota caverna, aferrados a sus lanzas, a sus hachas de piedra y temiendo ser devorados por bestias feroces: un “diente de sable” o un “demionicus” por ejemplo.
-En un entorno tan hostil, continuó mi amigo, era menester reproducirse lo más rápido posible para lograr una masa biótica crítica que evitara la extinción. Y eso lo sabíamos instintivamente, en algún lado nuestro estaba esa información.
- Esto es (interrumpí) copular con cualquier cosa que estuviera a la mano.
- Yo no lo expresaría en una forma tan categórica – añadió esta vez con un tono académico - digamos que esa tarea recayó fundamentalmente sobre las espaldas del “macho” quién “cubriendo” a varias hembras en simultánea, aseguró la tasa de nacimientos necesaria que nos hizo llegar a nuestros días. Esta compulsión, esta “propensión a la perpetuación” estaría presente en nuestro ADN. Además –acotó con énfasis- la monogamia en el reino animal es la excepción a la regla de la poligamia. ¡¡Y esto Cecilia lo sabe carajo!!! –gritó- vos sabés que ella también es bióloga.
Berty fue corriendo hasta uno de los muchos estantes repletos de libros, volvió con el Tomo IV de una “Biología General”
-¡Tomá! me dijo señalando con un índice un apartado que decía “la conducta sexual indiscriminada es común en los machos de varias especies” y mostraba varias fotografías:
Fotografía 1: “Escarabajo gigante africano tratando de copular con una botella”….y se veía un gran cascarudo en pleno desierto del kalahari acaramelado con una botella de cerveza
Fotografía 2: “Sapo de la foresta venezolana intentando copular con dedo humano”... y mostraba un sapito abrazado a lo que él pensaba que era una hembra extraña
Fotografía 3: Roedor antillano en su cueva tratando de inseminar a un tubérculo…
-¡Berty! –Le dije- antes que bióloga Cecila es un ejemplar “sapiens-sapiens” de hembra con –ego-herido y esto la hace: inestable, impredecible y peligrosa (le señalé la ceja cosida).
Logramos con Claudio que Alberto comiera, que tomara valeriana, aunque le hubiera hecho falta algo mas químico como un rivotril. Desparramamos desinfectante en el baño y le dejamos dos teléfonos: el de una psicóloga y el de un abogado. Los iba a necesitar en los próximos días.

sábado, 16 de mayo de 2009

PLANTÉ UN ZAPALLO


Si como me encantan los mitos -y soy muy propenso a creer en ellos- cada tanto me gusta desmitificármelos: ver el cadáver de Marilyn en la morgue con la incisión pectoral de la autopsia. Descubrir un talón de Aquiles en el Che amén de su asma. Alguna faceta no heroica del general (San Martín), atisbos de oligarquismo en Peròn o en Evita. Rasgos de autoritarismo en Alfonsín o en Illia. Barruntos de transparencia en “Mendes” etc etc
Los mitos son construcciones mentales, son ideas y preconceptos que una persona tiene sobre algo o alguien en base a una serie de impresiones seleccionadas en el flujo total de todas las impresiones – y de las cuales- él es un simple receptor.
Por alguna razón determinados lugares, personas o cosas han creado una imagen muy sólida de sí y que se ha instalado en el imaginario colectivo. Este tipo de imágenes o lugares comunes, no son una reproducción fiel de los elementos representados, sino una selección sesgada de componentes con una fuerte carga simbólica y emotiva para las personas que los sostienen. Esta conjunción de factores hacia un símbolo, persona o cosa hacen que la misma “implote” en “el rebelde romántico” (el Che ), “el padre de la patria” (San Martín), “la abanderada de los pobres” (Evita), “la rubia fatal” (Marilyn), “el padre bueno que todo lo puede”, “el honesto demócrata” etc. Etc.
Cada vez que se acerca el 25 de mayo, casi siempre pienso que las cosas seguramente no fueron como quedaron cristalizadas en los óleos de aquella época, ni en las figuritas “Billiken”de la mía. Desde detalles tontos, como la cantidad de barro y los infrecuentes paraguas para la época, hasta preguntarme ¿Independencia? ¿Estamos festejando in-de-pen-den-cia? ¿De qué, de quién? ¿De Repsol por ejemplo? ¿De telefónica? .
Si tenemos en cuenta que llovía desde hacía un par de días y que faltaban varios lustros para que los desagües se inventaran…, la Plaza de Mayo debería ser un barrizal difícil de transitar para ilustres damas de aparatosos vestidos y caballeros con adustas levitas. No creo que haya habido muchos patriotas dándose galerazos en el barro resbaladizo y pronunciando frases libertarias para la posteridad. Si a esto le sumamos el frío que hace en las mañanas de mayo de estas latitudes, seguramente que French y Beruti (punteros heavies de los indipendentistas) esquivarían más de un estornudo al repartir el primer merchandising político del que se tenga registro en argentina.
Luego, en lo que es hoy el patio del actual cabildo, al que se accede por Diagonal Norte, estaba la cárcel de mujeres, en la que todo el tiempo – las lúmpenes-se asomaban por las ventanas para gritarle barbaridades e improperios de todo tipo a transeúntes y pasantes. O sea, que al típico cuadro con “el pueblo” y los paraguas (si nos situamos de frente al Cabildo) habría que agregarle a la izquierda, unas cuantas prostitutas, ladronas y mecheras que gritaban, pero no exactamente ¡Viva la Patria!. Al todo escenográfico habría que añadirle algún que otro cadáver, de los que aparecían en las afueras de la ciudad y que era usanza de la época colgar en las recovas del edificio para ver si alguno lo reclamaba, lo reconocía o ambos…, así que dejando de lado el espectáculo ofrecido, el olor de Plaza de Mayo no debe haber sido del de Channel Nº 5 precisamente.
Después tenemos una veintena de insignes reunidos a solas en el Cabildo, esto es: algunos militares, algunos sacerdotes, algunos prósperos comerciantes y unos periodistas e intelectuales “amigos”, congregados tres días a deliberar. Afuera el “pueblo” con frío y debajo de la lluvia que “quiere saber de qué se trata”, porque no tiene ni idea de lo que se está cocinando adentro (es curioso como hay cosas que jamás han cambiado en la Argentina en casi dos siglos).
Es que muy pocos saben o han oído hablar de José Bonaparte, verdadero disparador de nuestra fecha patria que –haciendo caso omiso de los rumores de acomodo- se sentó en el trono de España por orden de su hermano: Napoleón.
Aquí, los habitantes poderosos de la ciudad se consultaron entre ellos, y llegaron a la conclusión que debían respeto al Rey de España pero no a “Pepe Botellas” (alias de Bonaparte por su afición al jugo de uva fermentado) así que se reunieron en el famoso cabildo de la Plaza Mayor y resolvieron que un grupo de vecinos notables de la ciudad se harían cargo de esta parte del virreinato. Vecinos de distinta extracción, pero de la misma clase que jamás van a faltar a los grandes acontecimientos políticos de este país en los próximos dos siglos.
¿Y por qué en Buenos Aires siendo que en ese momento no era una ciudad, ni tenía las riquezas del Alto Perú, ni siquiera universidades como Córdoba o Sgo de Estero? La explicación es una y única: Buenos Aires tenía puerto. Y donde está el puerto esta la aduana. Y donde estaba la aduana estaba la guita rápida y fácil proveniente del (entre otras cosas lícitas) contrabando (léase “aduana paralela” ¿les suena?). Muchos locales y españoles habían empezado a amasar grandes fortunas gracias a esto… y España ejercía mucha “presión tributaria” sobre sus súbditos amén de arduos controles.
Por eso le juraron lealtad a su “graciosa y cautiva majestad” (por ese entonces un ente simbólico encarcelado en una Madrid simbólica) haciendo esto, no solo cumplieron con los deberes protocolares respecto de la corona, sino que todas las tasas e impuestos aduaneros que otrora se quedaba el rey, pasaron a manos de la administración vernácula. Es más, adelantándonos en un siglo y medio a Martin Luther King y en uno y monedas a Ghandi, hicimos la primer Revolución no violenta de la historia: No depusimos ningún monarca, no guillotinamos a nadie, no disparamos ni un solo tiro, es más, no derramamos ni siquiera una gota de sangre y nos quedamos con la toda guita. Fuimos muchos más pragmáticos que los insurrectos franceses de la Bastilla: nos inspiró –sí- la libertad, pero la de comercio...
Decidieron que al franchute le iban a cobrar todo, si quería vacas, trigo y demás yerbas proveniente de estas tierras iba a tener que pagar a la aduana en cash y ¡Viva la Revolución! ¡Viva la Patria carajo! ”

sábado, 7 de marzo de 2009

EMBARAZADOS


Cierto día aparecen las dos rayitas en el test y estás embarazado. Ella -la madre de tu futuro bebé - en pocos meses irá transformándose en un ser prácticamente desconocido… y vos como si nada. No solo hablo de su ensanchamiento ecuatorial. Ni del séptimo mes (al que muchos profesionales no dudan de calificar como el más “oscuro e incomprensible para la psiquis del hombre”). Hablo de todos los meses previos y posteriores en los que ella irá transmutándose -milimétricamente- en un ser inestable, hipersensible, paradojal y –muchas veces- gastador compulsivo. Con su esquema corporal-hormonal-psíquico cambiado: caminará, dormirá, comerá, olfateará, se moverá, mirará, hablará, sentirá, orinará, se relacionará distinto con todo el mundo que la precedió. Incluido vos. Ejemplo: las milanesas de soja al roquefort que ayer eran ambrosía, hoy son caca rancia de dinosaurio. Distingue olores que solo un mastìn entrenado podría. De ser omnívoro que era, pasará meses alimentándose solo a naranjas y chocolate porque es “lo único que tolera”. Esto hará que al final del tercer mes esté más flaca, para después aumentar entre siete y veinte quilos en un abrir y cerrar de ojos.
Cuando la conociste -y en los momentos más “cool” de la relación - jamás se te ocurrió que por tu culpa: por tu culpa (por tu gran culpa) algún día se pasaría al menos tres meses abrazada a un inodoro en perenne estado de náusea-vómito (por obvias razones ni se te ocurra festejar en este período invitándola a cenar en un restaurante)
Antes de eso podías vivir tranquilamente sin saber que la gonadotrofina existía. Ahora no podès imaginar que una hormona con nombre a remedio (asociada a los ciclos de la nausea) te/les pueda joder tanto la vida.
Como toda hembra de cualquier especie empieza a preparar un nido, a mover muebles, a acomodar cunas, a juntar ropitas, a disponer accesorios, a pintar las paredes de la pieza del niño, a ordenar, a desordenar y volver a ordenar. Está poseída por una información genético- instintual que le llega desde su profundo ADN, desde los albores del hombre como especie, pero no lo sabe. Sonámbula, obediente a sus vísceras actúa, sigue sus instintos más remotos. Reposa, prevé, abarca, protege, envuelve, vuelve a actuar. Siempre lleva sus manos al vientre, habla de si misma en plural…y eso que todavía no me he metido con los antojos: moras frescas en pleno invierno, pochocho dulce un lunes a las doce de la noche, Doner-kebab miércoles a las seis de la tarde. Uva chinche sanjuanina en pleno cemento de Buenos Aires.
Todo girará en torno a la gran panza que, antes tímida, ahora toma todo el protagonismo.
Ella ya no alcanza a verse las piernas, a ponerse un zapato cerrado o medias y convierte estas simples actividades en un juego de estrategias y contorsiones previo. El cuerpo ya dejo de ser ágil, el centro de gravedad del mismo ha cambiado drásticamente, entonces su forma de caminar recuerda graciosamente la del pingüino (dicho esto sin ninguna ironía política). Y también aquí empieza la más enigmática de todas las cosas: la comunicación con el bebé -via intrauterina- a través de un metalenguaje, de un código Morse (vedado para hombres claro està y hecho de pataditas, cambios de posiciones en la panza) mediante el cual la madre empieza ya a conocer a su hijo: “Tiene hambre”, “está durmiendo”, “hoy está insoportable tu hijo” “cuando me acuesto de este lado a el no le gusta” ¡???....
Luego, el centro de su ombligo pasa ser literalmente el centro de tu universo, todo nace y muere allí, se vive para y en pos de ese ombligo al que acariciàs con ternura. Después de todo (conciente o inconcientemente) elegiste a esa madre (la mejor hembra) para asegurarte la permanencia de tu carga genética en el mundo, al menos eso dicen…

jueves, 26 de febrero de 2009

MANIPULACIONES GENÈTICAS


A comienzo de los años cincuenta el norteamericano James Watson y el británico Francis Crick supieron que - si estaban en lo cierto - no sólo les estaba reservado el Premio Novel, sino también un pedestal entre los genios que habían cambiado para siempre el conocimiento de la naturaleza. En la historia de la ciencia moderna, pocos han saboreado el extraño privilegio de entender por adelantado la magnitud del propio descubrimiento. Por eso se tomaron varios meses para redactar y enviar ( a la archifamosa revista Nature ) el artículo con sus propias lucubraciones sobre la estructura del ADN, el compuesto químico que lleva la información genética para que los organismos vivan y se reproduzcan.
Probablemente también entendían que estaban dando nacimiento a una nueva especialidad ( a caballo de la bioquímica, la biología, la genética ): La biología molecular. Desde 1953 a esta parte, esta nueva disciplina se ha constituido en la vedette de los laboratorios y las aulas académicas. Hoy estar a la page significa dominar las técnicas de la biología molecular. En otras palabras, manejar los instrumentos para armar y desarmar los genes y manipular los procesos biológicos a nivel infinitamente pequeño.
Esto cambió para siempre no solo el mundo de la biología sino también a quienes la practican, la usufructan o , simplemente, la viven, aunque todavía no lo noten.
En un caluroso mediodía de 1972, durante el breack concedido para almorzar en un congreso en la paradisíaca Haway, Stanley Cohen, de la universidad de Stanford, y Herbert Boyer, de la universidad de California, se sentaron frente a un sandwich a intercambiar algunas ideas. Un año antes se habían descubierto las “tijeras genéticas” ( las encimas endonucleasas de restricción ) capaces de cortar al ADN en lugares muy específicos: ¿ Porqué no usar esas maravillosas tijeras naturales para cortar determinados pedazos de ADN - aquellos llamados genes- que contienen las órdenes para fabricar proteinas ? Más aún: ¿ por qué no pegar distintos pedazos cortados, sin importar su procedencia ?, se preguntó este dúo dinámico. Aquí empieza la primera escuela de “corte y confección” de genes que sentó las bases para lo que se dió a llamar ingeniería genética.
Un año más tarde, Cohen y Boyer informaron que habían construido en una probeta el primer híbrido genético hecho por el hombre: genes de sapo ensamblados en la bacteria Escherichia coli. Ese día Cohen señaló que la mitológica mezcla de especies dejaba ad eternum el terreno de la ciencia ficción para pasar al terrenal y cotidiano mundo de los laboratorios. Se olía a revolución en el aire.
Ni lerdos ni perezosos Cohen y Boyer corrieron a patentar su descubrimiento y convirtieron en privado aquello que cualquiera hubiera considerado de dominio público, como cualquier conocimiento científico. En 1976 Boyer se asoció con el empresario Robet Swanson para fundar la Genentech, la primera empresa de ingeniería genética, llevándose consigo a los mejores cerebros de la UCLA ( Universidad de California). Con la mente puesta tanto en el mercado y los negocios como en la investigación del ADN, estos nuevos científicos cambiaron par siempre la manera de hacer ciencia en biología. A partir de entonces cada investigación se diseñó con el objetivo de conseguir un producto que satisficiera una demanda social: ya fuera la hormona de crecimiento, la insulina o una nueva variedad de algodón resitente a las plagas. A mediado de los ‘80, la biotecnología, tocaba los bolsillos de muchos, empezaba a estar en boca de todos, y en el estómago de algunos.
La recombinación del material genético de distintas especies también dió lugar a sorprendentes monstruos y a plantas de apariencia habitual pero con capacidad pare resistir heladas, ciertas enfermedades o insectos. La promesa de obtener alimentos para toda la humanidad floreció en los labios de científicos-empresarios y políticos. Los avances se sucedieron vertiginosamente, y no fueron recibidos con indiferencia por la sociedad.
La manipuación genética llegó a un punto en que el sueño de arreglar los desperfectos genéticos que padecen hombres y mujeres desde el momento de su concepción pueden tornarse realidad, sobre todo después que se completara la totalidad del mapa genético del hombre: el genoma humano. Pero lo que para algunos resulta un sueño para otros resulta pesadilla. Muy pronto comenzaron a discutirse las implicancias éticas y las consecuencias de estas prácticas. Las polémicas involucran a científicos, expertos en derecho, lobbys empresarios, líderes religiosos, ambientalitas y agentes en patentes. Con todo, lo que no puede negarse es que nada fué ni será igual después de la revolución biotecnológica. “Play God” ( Jugar a ser Dios) es la expresión que usan los norteamericanos para describir - no sin ironía - la actividad de los modernos magos del ADN. Pero si ellos son los dioses que crean nuevos seres y deciden sobre la composición de los organismos ¿ Qué papel jugamos los comunes e imperfectos mortales? ¿ Seremos adormecidos espectadores, felices soñadores, atormentados conejillos de indias o inteligentes inversores ?
Fuente: Manipulaciones Genéticas, Adriana Folgarait, Norma 1992

RITOS DE PASO


Navegando entre los 22 y los 23 años empecé a trabajar en un banco. Fué algo traumático. Hasta ese entonces mis padres habían creado, con mucho sacrificio y cariño, un entorno que conspiraba a favor de que yo solo me dedicara a estudiar (escuchar rock ) y leer.
Enmedio de unos de mis ataques de “bancofovia”, en una gélida mañana sanjuanina, mientras nos íbamos al trabajo, mi padre con una tranquilidad provervial me dijo que los tiempos de la adolescencia se habían alargado, que los jóvenes de hoy teníamos mucho más tiempo para “adolescer” que los de su época. Èl a sus 19 y - por un sinúmero de circunstancias - se había convertido en un “adulto” a todos los efectos. De pronto, se encontró entre manos con la inesperada muerte de mi abuela y responsabilidades que lo habían arrebatado de sus escasos 17 años. Por supuesto yo no lo entendí . Solo varios lustros más tarde,después de su propia muerte, sorprendiéndome “adulto” y sin poder identificar -en primera instancia - un momento que diviera aguas en mi vida, pensé: Ya no hay “ritos de paso”, como sulen decir los antropólogos.
En otros tiempos existían ceremonias iniciáticas que colocaban al miembro de una comunidad en una nueva categoría. Como el Bar-Mitzvah de mi amigos judíos, o la fiesta sensual que abre paso a la asolescencia feliz de los polinesios, amazónicos, y otros pueblos a lo largo de la historia.
Cuando mi viejo era joven - y en un grado menos drástico - una suerte de rito lo constituía “la puesta de los largos” de los chicos, la fiesta de los quince para las chicas, la “entrega de las llaves de la casa” para ambos.....el ( en un sentido más drástico ) “hacerse hombre” en un lupanar para ellos. Mi viejo, exepto por segundo item, pasó por todos, rápidamente, casi sin quererlo. Las cosas han cambiado mucho desde entonces.
Ya nadie comenta la “puesta de los largos” de ninguno por la simple razón que los largos ya no existen, es decir, se usan desde la más tierna infancia. Los lupanares son cada vez menos necesarios para la iniciación sexual de los hombres, y la fiesta de los quince ha perdido su significado primigénio: el de presentar a la niña en cuestión en sociedad.
La independéncia económica de la mujer, su libertad sexual, el divorcio, el blanqueo legal de los hijos de uniones irregulares, la apertura de empleos jerárquicos para el sexo femenino y otros cambios, han creado una realidad totalmete distinta a la que vieron nuestros padres y abuelos.
Mi padre murió después de haber estado cuarenta años a lado de mi madre, demostrando con sus actos que para él, el matrimonio ( con sus infinitos problemas) era - como para toda su generción - un valor. Esto ya no sucede, o sucede con menos frecuencia por la sencilla razón que ya no hay hombres no-divorciados ( en Italia tres de cada cuatro parejas constituidas legalmente se divorcia ) el matrimonio ha entrado en crisis.
Es aquí donde encuentro un verdadero “rito de paso” para los hombres de hoy, donde muchos de mis amigos ( que distan mucho de ser santos o anacoretas ) se han descubierto -por primera vez- verdaderamente adultos: La primera noche de separados, durmiendo bajo un techo desconocido y sin sus hijos.
El proyecto de la vida juntos se ha quebrado. Ya no está en la cama el cuerpo familiar de la que ha sido su esposa, a veces amada, a veces odiada, a veces temida. Se encuentra en otro barrio, en otro ámbito, rodeado de muebles extraños, mirando el cielorraso. Siente una profunda congoja y extraña desesperadamente sus niños. En realidad cuando los tenía bajo su techo no les prestaba mucha atención y ahora su ausencia es como un puñal clavado en el pecho. En pocas horas, siente, que lo ha perdido todo. La casa, de la que era dueño, la mujer, de la que también era dueño. Los hijos, para quienes era una especie de dios. Su dinero que - admitiendo que lo tenga - pasa a ser perfectamente divisible por dos. ¿ Habrá otro hombre ?, ¿ Podré ?, ¿ Seré capaz de enamorarme otra vez, de fundar otro hogar, de disfrutar de esta inesperada libretad que tanto quería en otro tiempo ? Ya es tarde para volver atrás, en todo caso, habrá que pagar nuevos precios._
Lo llamaré “Juan el non-sancto”, un amigazo de toda la vida. “Por el bién de los chicos” él y su mujer habían decidido separarse. Juán ofreció marcharse inmediatamente, ya que si no lo hacía - creo- Cecilia se lo hubiera sugerido muy pronto. .Después de todo él ganaba mejor sueldo y los niños eran todavía chicos.... “mejor si estaban con la madre”. Lo ví la tarde en que Cecilia, en un último acto de servico, le había ayudado a hacer las valijas. Era domingo. “¡ Tano ! - me dijo con ingrávida y simulada normalidad- te invito a tomar unos amargos en mi nueva “casa”. Sabiendo perfectamente la noche que le esperaba acepté. Llegamos a una mala mezcla de “bulín” con “aguantadero” que no hacía para nada juego con la 4x4 de mi amigo. Un colchón en el suelo por cama, un televisor apoyado en la caja del propio embalaje. Un despertador.
A las diez de la noche no aguantó más y llamó temblando a su propia casa, la de su ahora ex-mujer, donde estaban sus críos. Cecilia le contestó: “¡ No estés tan angustidado, tratá de comportarte como un adulto, los chicos duermen!”. Comimos un pedazo de asado frío de las doce. Juan corrió al baño.... vomitó.

ACONCAGUA ASENCIÒN Y MUERTE


La saturación del bienestar es un sentimiento nuevo para un cuarto de la humanidad como nunca antes: situación que lleva a los más pudientes a buscar evasiones controladas en sus vidas. La fórmula más “in” para no aburrirse en el primer mundo, es la de darse emocionantes malos ratos en forma de aventura y así salir del letargo. En esto, es sabido que los turistas de los países ricos no escatiman en gastos a la hora de llegar hasta lugares desabastecidos e inhóspitos en busca de lo que califican como “la vida en estado puro”. Cualquier cosa es bienvenida para enmascarar una vida signada por el tedio: lanzarse de un puente con un resorte, tirarse desde un avión, hacer buceo en zonas inhóspitas, hacer andinismo diletante etc etc. La vuelta a la naturaleza durante quince días y el contacto con culturas menos tecnificadas, se les antoja un lujo por el que están dispuestos a pagar y caro. En tales circunstancias les llama la atención cuántas cosas resultan superficiales a la hora de atender a cosas realmente importantes. La experiencia les abre los ojos y regresan reflexivos y contentos a sus vidas de embotellamientos, superconsumo y estrés hipertecnificado. El problema es cuando las cosas no salen bien y en el saldo se deben contar varios muertos.
Quiero escribir sobre Federico Campanini el andinista muerto en el Aconcagua y me cuesta. No soy un experto en rescates. Seguro que yerro en mi opinión. En el video de la propia muerte (que lo debo haber visto unas 20 veces) hay un doloroso particular que llama mucho la atención y duele. Es el momento que uno de los "rescatistas" dice que por radio que Federico no da más y pide autorización para dejarlo. En ese momento si se observa bien Federico saca fuerzas de dónde no se sabe, y trata de levantarse, como negándose a que lo abandonen. La pregunta del millón es: ¿Hubiera sobrevivido?
A principios de enero cuando (no había aparecido el video) y leí la noticia algo no me cuadraba. Los turistas italianos no hacían otra cosa que alabar el profesionalismo y la entrega de Federico. Quedaba claro que si habían soportado dos días en condiciones de tormenta de montaña, fue porque Campanini supo hacerlos resistir, como se ha publicado, haciéndoles beber la propia orina para no deshidratarse, alentándolos a no claudicar jamás, de hecho tres de los italianos ni siquiera fueron amputados, sobrevivieron y fueron dados de alta inmediatamente. Emocionaba el relato de los gestos heroicos del andinista argentino ¿Porqué entonces el más profesional de todos había muerto? ¿No era una gran paradoja? Dicen que cometió el error de hacer cumbre demasiado tarde, que edematizò y eso hizo que siguiera cometiendo errores fatales. La primera en pagarlo con su vida fue Elena Senin cuyos padres en estos días fueron al Aconcagua y tal vez decidan dejarla allí durmiendo eternamente. El segundo Federico que luego de dos (o más) días de agonía no sobreviviría para contarlo. Después: el video, la polémica, los foros en Internet y la citada pregunta del millón.
La diatriba está y seguirá abierta. He leído y sentido de todo: desde la perplejidad de quienes expresan que existe algo que se llama humanidad; que hace que pensemos en el que está sufriendo y hagamos todo por él, aunque más no sea cobijarlo mientras muere. Hasta el supuesto “negocio” entorno al rescate de los cuerpos, haciendo distingos entre nacionales y extranjeros (vivos o muertos) asegurados y no asegurados. Japoneses (los preferidos) y demás. No tengo respuestas solo algunas preguntas que me rondan en la cabeza:
¿Cómo es morir rodeado por gente de pié que sentencia que estás muerto mientras – exangüe- tratàs de demostrarles que no? Que vale la pena cargarte un poco más. ¿Qué habrá pasado en ese momento por la mente de Federico? ¿La imagen de su mujer? ¿La del hijito que no volvería a ver? ¿La de sus padres en Mendoza?