sábado, 19 de diciembre de 2009

PARE DE SUFRIR




Hace unos 32 años un ex cajero de la lotería de Río de Janeiro, Edir Macedo, abandonó la iglesia pentecostal luego de haber permanecido en ella diez años. La consideraba muy “elitista”y por eso decidió abrirse como cuentapropista en un local de un barrio pobre de Río de Janeiro. Se autoproclamó “Obispo” y fundó la Iglesia Universal del Reino de Dios. En los primeros tiempos apenas sobrevivía, hasta que una feligresa vendió un terreno y le donó toda la plata a Edir. Este hecho, mas su carisma, su falta de límites y el uso de sutiles técnicas de manipulación, produjeron una explosión de su iglesia y un crecimiento imparable. Actualmente la Iglesia está en más de 40 países (toda Latinoamérica, USA, Europa, África y Asia).
Edir posee solo en brasil –amén de diez millones de seguidores- un banco, dos periódicos, una revista, 35 emisoras de radio y la red televisiva TV Récord, con 70 repetidoras en todo el territorio. Esta red es la tercera en audiencia entre los 170 millones de brasileros y factura 1000 millones de dólares al año.
La conducción de los programas la hacen pastores –que en Argentina- hablan en portuñol. Y en todos se pasan testimonios de personas que han “vencido al demonio” o que “gracias al diezmo” hoy son personas felices. En brasil son un púlpito desde donde se predica las 24 horas del día.
Para un observador no estudioso del fenómeno religioso La Iglesia Universal se parece demasiado a otros grupos evangélicos pentecostales: creen en la deidad del Cristo, en la Trinidad, la resurrección corporal de Jesús y la salvación a través de la fe. Sin embargo el “ovispo Macedo” copió desde un principio de los predicadores norteamericanos la llamada Teología de La Prosperidad. Comenzó vendiendo: “piedras de la tumba de Jesús”; “el agua bendita del río Jordán”; “la rosa milagrosa”; sal bendecida por el espíritu santo”; etc. Etc. Etc.
Además los fieles deben entregar diezmos para no ser conducidos en las garras de Satanás. En la Iglesia Universal las reuniones duran dos horas de las cuales mitad del tiempo se dedica a leer la Biblia y la otra mitad a recaudar dinero. Este tema de la recaudación no es el gran invento de Macedo, pero digamos que asegura que Dios dará gratificaciones a sus fieles aquí en la tierra. Si uno entrega más dinero, mas posibilidades tendrá de ser rico en esta vida. El obispo carioca dice: “Yo no sigo a un Dios pobre. Si su Dios es pobre es porque sus pensamientos son pobres (…) La pobreza es del diablo; no de Dios.”.
Macedo ha organizado su empresa en forma piramidal: el es el dueño, lo sigue un grupo selecto de obispos con los que discuten dos veces por año las políticas a seguir. Los más de 7000 pastores distribuidos por todo el imperio solo cobran un sueldo de 500 dólares mensuales, y cuando pastorean más de un templo, reciben una casa y un auto. Lo que se dice un negocio redondo libre de impuestos.
No conforme con los ministerios televisivos-religiosos, el obispo Macedo en los ochenta decidió incursionar en política; quienes lo conocen dicen que su sueño era convertir al Brasil en un estado religioso y gobernar con mano dura y mesiánica. En 1986 patrocinó varios candidatos a diputado, para luego presentar sus propios candidatos. Logró 50 escaños consolidándose como la fuerza evangélica más importante de la cámara de diputados de Brasil. En un principio apoyaron a Collor de Mello a la presidencia ya que consideraban a Lula como el “anticristo”. Diez años después llegaron a un acuerdo electoral con Lula e impusieron –del propio riñon- al candidato José Altenar. Dicen que la presión del gobierno también se hizo sentir ya que durante varios años la Justicia y el gobierno de Brasil habían investigado a los líderes por presuntas vinculaciones con el poco cristiano Cartel de Cali y el lavado de dinero.
En octubre del año 2001 el programa televisivo Telenoche Investiga realizó una investigación lapidaria contra la Iglesia Universal, donde se podía ver a los pastores en pleno proceso de obtener diezmos y donaciones. El negocio era de tal magnitud que mientras el país vivía un de las mayores crisis económicas que se recuerden, los ingresos de la iglesia aumentaron en un cuatrocientos por ciento. La última gran adquisición en la Argentina fue la compra de un predio ubicado en Corrientes y Acuña de Figueroa. Se pagó la bicoca de 8 millones de dólares en efectivo para la construcción del templo principal. El mismo fue inaugurado en marzo del 2004 con capacidad para 2600 personas…. “teología de la abundancia” que le dicen.

Fuentes: “Shopping Espiritual” de Alfredo Silleta Mr Grupo Editorial Planeta 2007

3 comentarios:

Rodolfo Ruiz dijo...

Armando,
¿Y si nos ponemos una iglesia? ¿Se puede descontar de ganancias en la declaración jurada de la AFIP??

Germán dijo...

Por favor qué cagada!!!

Pelatusar dijo...

Yo pienso como Rodolfo, pero a quien ponemos con carisma? que pueda cautivar gente? Sugiero a Osama Bin Laden, ese puede reinar nuestra Iglesia, no les parece?