martes, 26 de febrero de 2013

LOS SECRETOS DEL VATICANO: VATI-LEAKS

La Iglesia católica vive hoy su peor momento en lo que va de este siglo y del siglo pasado. Las guerras entre la curia, la disputa por el dinero y el poder, la pedofilia tardíamente reconocida y sancionada están en el meollo de la uestión.

Lo que está aconteciendo en la Santa Sede empezaría a raíz de las filtraciones de documentos secretos fuera del Vaticano - los llamados “VatiLeaks”- una parte de las cuales fueron atribuidas a la traición del mayordomo del pontífice, Paolo Gabriele que (condenado a una pena casi simbólica y graciado por el Papa) hace pensar si no era el mismísimo Benedicto XVI, el que quería que los documentos se filtrasen a la opinión pública.

El año pasado el Papa nombró una comisión investigadora compuesta por tres veteranos y expertos cardenales: Julián Herranz, Jozef Tomko y Salvatore De Giorgi. La comisión cardenalicia entrevistó a decenas de obispos, cardenales y laicos al cabo de lo cual quedó un retrato escalofriante del Vaticano: grupos de poder en disputa, confabulados según las distintas congregaciones religiosas o la región del mundo a la que pertenecen o sus preferencias sexuales. La investigación cardenalicia adelantó que altos jerarcas de la Iglesia podrían estar siendo víctimas de “influencias externas” a raíz de “sus relaciones de naturaleza mundana”.

El pasado 17 de diciembre la comisión le entregó su Informe final al Papa, “La Relationem” .El Diario La Repubblica y el semanario italiano Panorama (dos de los más prestigiosos cotidianos italianos) difundieron parte de “La Relationem”. En la misma hay muchos nombres, medios, instrumentos y circunstancias. La Repubblica escribe textualmente: “Por primera vez la palabra homosexualidad fue pronunciada en el departamento pontifical”. Mencionando el caso de monseñor Tommaso Stenico, suspendido tras una entrevista televisiva en la que contó de encuentros homosexuales en el Vaticano.

Otro personaje en la cuerda floja sería Marco Simeon, director de la RAI, la radiotelevisión italiana en el Vaticano, protegido del cardenal Secretario de Estado, Tarcisio Bertone. La RAI acaba de sacarlo del cargo. Simeon estaría relacionado con el centro “Priscilla”, adonde acudían personajes que deberían cuidar su fama de castidad.

Entre los lugares de encuentros que refiere en detalle “La Relationem”, según La Repubblica, figuran “un sauna en Quarto Millo”, un centro estético en el centro de Roma, una residencia universitaria en vía Trasone y una residencia privada “utilizada como domicilio romano por un arzobispo” del norte de Italia. En las mismas estancias vaticanas se consumaban los encuentros que una “lobby homosexual” controlaba.

La homosexualidad no está en discusión, pero sí la condena intransigente de una Iglesiaque durante varios siglos califico como “non sanctas” prácticas de este tipo.

El Vaticano negó de inmediato estas informaciones. El padre Federico Lombardi, portavoz del Vaticano, juzgó que las revelaciones eran “fantasiosas” y que muchas cosas dichas eran “simplemente falsas”. El portavoz lanzó luego un duro ataque contra los medios: “No falta quien trata de aprovecharse del momento de sorpresa y de desorientación de los espíritus débiles para sembrar confusión y desacreditar a la Iglesia y a su gobierno, recurriendo a métodos antiguos como la murmuración, la desinformación y, a veces, la calumnia”.

El Papa, sin embargo, parece dar crédito al contenido de esa “desinformación”. Con sus declaraciones más recientes, Benedicto XVI aceptó como verdaderas las informaciones lanzadas por la prensa. Desde que el pasado 11 de febrero anunció en latín su decisión de renunciar, no ha cesado en sus declaraciones envueltas en reprimendas y dolorosas denuncias. El viernes, el Papa reconoció “el sufrimiento y la corrupción” que azotan al Vaticano. Luego, mirando hacia el concilio que debe nombrar a su sucesor, Benedicto XVI advirtió a los cardenales que “el diablo los ha prevenido: trabaja sin descanso para enturbiar la obra de Dios”.

Quienes conocen parte de lo que ocurre dentro de la Santa Sede señalan que el artículo de La Repubblica contiene datos exactos y verídicos. A ello se suma a la tormenta que, a medida en que se acerca la fecha de la renuncia del Papa se cierne sobre el cónclave que debe designar al sucesor de Benedicto XVI. La polémica surge ahora porque se plantea una disyuntiva en torno de la presencia o no en el cónclave de los cardenales que ocultaron a curas pederastas y hasta los protegieron. Ese es el caso del cardenal Roger Mahony, responsable de la diócesis de Los Angeles y acusado de encubrir a lo largo de un cuarto de siglo a 129 sacerdotes implicados en abusos a menores. Los otros cardenales comprometidos con los mismos actos infames son el cardenal primado de Irlanda, Sean Brady, y el cardenal belga Godfried Danneels. Estos tres personajes son los más implicados en la protección que dieron a los pederastas pese a sus actos nefandos.

Día tras día, la caja de Pandora deja escapar sus peores siluetas. Los demonios que la curia ocultó durante décadas se pasean hoy como espectros resucitados por los pasillos del Vaticano: corrupción, sexo y dinero, una trilogía que deja atónita a millones de fieles en todo el orbe que no salen de su asombro.



martes, 12 de febrero de 2013

CUANDO EL PAPA PATEA EL TABLERO

Para algunos es y será para siempre el papa de los zapatos rojos marca Prada, el pastor de los enredos políticamente incorrectos o el sucesor más bien opaco de la “estrella” que fuera Juan Pablo II. Y para otros, tal vez, un señor mayor y algo tímido, pero ciertamente un pontífice más sonriente y más amable de lo que imaginaban quienes esperaban ver un rottweiler inquisidor sentado en el trono de Pedro. Lo cierto es que Benendicto XVI acaba de hacer lo que hace varios siglos no hacía un papa: renunciar al trono de San Pedro. Y parece ser que razones no le han faltado en los últimos años. Joseph Ratzinger enfrentó una lucha intestina sin precedentes en la Santa Sede, que jaqueó a sus hombres de mayor confianza, ventiló documentos escandalosos de los palacios vaticanos y abrió -hacia ya casi dos años- el juego sobre las especulaciones del paso al costado del Sumo Pontífice.

En el último tiempo que precedieron a la renuncia, los vaticanistas de los principales medios italianos se regodearon con una serie de filtraciones nocivas para la cúpula eclesiástica que rápidamente despertaron comparaciones con WikiLeaks. Los archivos revelados dan cuenta de sospechas de corrupción en las licitaciones inmobiliarias del Vaticano, manejos financieros irregulares en el Banco Vaticano e incluso de un supuesto y disparatado complot para asesinar a Benedicto XVI.

Los expertos coinciden en que detrás de la fuga de documentos existe una guerra palaciega entre dos sectores de los purpurados. Al parecer, las filtraciones forman parte de una “rebelión de monseñores” contra Tarcisio Bertone, secretario de Estado del Vaticano y mano derecha de Ratzinger. Las fuentes vaticanas consultadas por los especialistas sospechan que detrás de la embestida está la mano de Angelo Sodano, un influyente veterano diplomático que antecedió a Bertone en su cargo y sirvió a Juan Pablo II durante más de quince años.

Cuando asumió, todos esperaban que Ratzinger condujera un Papado “de trancisión”. Pero el Papa alemán se propuso sanear la imagen de la Iglesia, afectada por numerosos casos de pedofilia y corrupción, y avanzó con investigaciones incómodas para algunos miembros de la “vieja guardia” de la Curia romana. Bertone, dicen, fue el artífice de esa política de mano dura. Aunque no había hecho carrera dentro del cuerpo diplomático del Vaticano, Benedicto XVI lo escogió en 2006 para la Secretaría de Estado porque había trabajado bajo su órbita cuando era cardenal.

“Bertone rompió un pacto de silencio y ahora la vieja guardia busca vengarse”, dijo a la revista argentina Perfil el año pasado, el vaticanista español Jesús Bastante. Esa hipótesis explica el carácter selectivo de las filtraciones: todos los archivos que se conocieron dejan mal parados a Bertone y sus hombres.

La lucha de poder, sin embargo, tiene otra dimensión de más largo plazo. Comenzó a dirimirse nada menos que la sucesión del actual Papa. Siete de los 18 nuevos “cardenales electores” –aquellos con derecho a votar en la elección del Sumo Pontífice– que designó Ratzinger son italianos, y seis de ellos son amigos de Bertone.

Sus enemigos ven con desagrado cómo el secretario de Estado prepara el terreno para que, luego de dos sucesivos Papas no italianos, la conducción de la Iglesia vuelva a manos de quienes han tenido su monopolio durante más de 450 años.

Mientras la interna de los cardenales hacía temblar los cimientos del Vaticano, las filtraciones hablaban de un Ratzinger al margen de los asuntos de gobierno y “aislado en su propio mundo”, interesado en sus libros y sus sermones, como indicaron a los medios fuentes anónimas de la Curia. “Benedicto XVI es un Papa teólogo y su única preocupación pasa por la pureza a nivel religioso”, hasta que “el papa teólogo” les pateó el tablero…

No es la primera vez que ocurre una lucha intestina en el Vaticano. En el siglo XIII, el Papa Celestino V habilitó la renuncia papal en el derecho canónico.

“A fronte praecipitium a tergo lupi” (Al frente un precipicio y los lobos a la espalda). Con esta frase poco feliz L’Osservatore Romano definió -poco antes del aviso de la renuncia- la situación de Benendicto XVI debido a las luchas intestinas y las revelaciones de Vatileacks. Todo parece indicar que El sumo Pontífice hubiera saltado al vacío. Los lobos al borde del precipicio deberían tenerlo más presente que nunca.





Fuentes:



http://actualidad.rt.com/sociedad/view/47683-VatiLeaks-El-Papa-convoca-a-varios-cardenales

http://actualidad.rt.com/actualidad/view/47186-Vaticano-la-mano-del-diablo-est%C3%A1-detr%C3%A1s-del-VatiLeaks

http://actualidad.rt.com/actualidad/view/45457-El-mayordomo-del-Papa%2C-garganta-profunda-del-VatiLeaks

http://actualidad.rt.com/sociedad/view/44989-VatiLeaks-un-libro-provoca-ira-de-Santa-Sede

http://www.perfil.com/ediciones/2012/2/edicion_651/contenidos/noticia_0056

jueves, 7 de febrero de 2013

CONSUMIENDO APOCALIPSIS NACIONAL: EL PASTOR GIMENEZ

El pastor Aníbal Héctor Giménez, tiene una historia de vida con la que todo evangélico podría regodearse al momento de contar su conversión. Su vida ha sido narrada por él mismo miles de veces, con ese modelo de historia (salvación premium la llamaría yo) que se repite entre los que buscan en él la vida eterna y el perdón de los pecados. Giménez hasta los 18 años ejercía el choreo violento y jalaba cocaína sin control. Así fue que en un tiroteo una bala casi le llega al corazón. La enfermera que sus compinches consiguieron llevar al aguantadero donde él se desangraba le mostró “la palabra”: Corintios 5:17. En resumen, el mensaje bíblico le proponía una nueva vida. Entonces se produjo “el primer milagro en su vida”: sanó por completo. La bala todavía está incrustada en su cuerpo. El joven vio la luz y salió a predicar. Después de la iluminación, o a raíz de ella, Giménez supo que lo suyo ya no era trabajar en una fábrica de medias femeninas sino lanzarse a los escenarios para salvar vidas. Así comenzó la Iglesia del Millón de Almas. Corría el 1982. Y, como debe ser, su etapa evangelista comenzó con una esposa que lo sostenía. Ella (la “Pastora Irma”) nunca fue una figura en las sombras de su prédica. Más bien se convirtió con el tiempo, en la que completaba el ideal cristiano que ofrecía Giménez en su templo. Y así la producción en sus ropas y la vehemencia discursiva con que inflaban los ánimos de la feligresía, comenzó a ser patrimonio de ambos. Su iglesia llegó a tener 107 sedes en la Argentina, Chile, Paraguay, Bolivia y Miami, donde desde una cabaña de Key Biscaine, transmitía para el mundo hispanoparlante. Solo el Pastor Cho de Corea le ganaba en hacinamiento de fieles por metro cuadrado. ¡Un éxito! En ese entonces Giménez viajaba solo a Miami para grabar sus transmisiones televisivas. Después su esposa empezó a acompañarlo. El se ponía unas camisas bailanteras de terror. Y ella se fue inflando el jopo y aminorando el peso hasta quedar hecha una especie de Barbie evangélica. Pero, como dijo Napoleón, “el peor momento llega con la victoria”. Cuando Giménez estaba en el ápice de su carrera tuvo una “prueba”, parece ser que Satanás le puso una chica-hot en su auto y, mientras conducía acaramelado con la niña en cuestión rumbo a la costanera, la Pastora Irma empezó a perseguirlo con la furia digna de un poseso. El -para escapar- le tiró su auto encima, la chocó a propósito y después la llamó a su celular para maldecirla y advertirle que si no la cortaba la iba a matar. Esos hechos nunca fueron probados. Después vinieron la persecución, las amenazas mutuas y ya no pudieron parar. La guerra de los pastores se había desatado. Según él mismo, no le había conocido la cara al demonio hasta que su ahora ex mujer, la nuevamente rolliza -pero siempre blonda- pastora Irma, comenzó a perseguirlo y acorralarlo con denuncias judiciales. Giménez desde 1994 sufre aún las consecuencias de lo que califica como “el espíritu del diablo”. En su aspecto meramente material, el mal que azota la vida del evangelista, son una serie de causas judiciales en su contra en el Tribunal Oral Nº 15, donde se habían acumulado varias denuncias, entre las cuales su supuesta participación en una estafa a una fiel ofendida: María Morales. La mujer lo fustigó judicialmente por haberle vendido una casa en un plan de viviendas que nunca existió. En rigor, los directamente acusados por el negocio inmobiliario trucho fueron el hermano de Giménez, Eduardo (también pastor). Y un seguidor, José Oriolo. Ambos aparecían como socios en el emprendimiento de la inmobiliaria Jeremías, al que se había suscrito (con el pago de cuatro cuotas de 277 y un adelanto de 1000 pesos-dólares) la cándida Morales. El complejo habitacional de casas prefabricadas en el que había creído la mujer se promocionaba en las misas sui generis del pastor como un lugar ideal para el creyente. El prototipo de tal paraíso se exhibía en lo que habían bautizado como “El Patio de Jesús”. El tribunal Oral Nº 15 decidió en 1999 concederle la “probation”, o sea la posibilidad de realizar un trabajo comunitario para suspender el juicio oral que le esperaba por dos acusaciones: la estafa a María Morales y las lesiones leves que según su ex mujer, le habría provocado a una hija del matrimonio. Por ese entonces, se vio al hombre que durante diez años no había tenido otra ocupación que agitar las palmas, elevarlas al cielo, imponerlas sobre miles de fieles (y contar luego suculentos diezmos) lavar durante ocho horas diarias los baños, los pasillos y los vestuarios del centro comunitario “Los humildes primero”. Muchos gritaron ¡Aleluya! (supongo que la pastora Irma primero que nadie). Pero Giménez no se rindió. Actualmente insiste desde un nuevo templo, esta vez enclavado en un shopping en pleno Once (donde también se puede comprar “todo el merchandising que el cristiano evangélico necesita”) en el cual se sigue cayendo la gente de espaldas cuando el mal se ve derrotado por él. En la puerta hay una gigantografía del pastor (junto a una nueva compañera) con su impertérrito corte cubano de cabellos, sus incombustibles camisas y un gesto de “yo no fui” instalado en el rostro.



martes, 5 de febrero de 2013

EL BLUES DEL NEO-SEPARADO

Mi amigo Daniel tiene toda la sintomatología del neo-separado-quemado: sus diálogos (en realidad extensos monólogos) son como una sucesión indefinida de letras de tango. Su vida actual parece escrita por Sófocles (el padre de la tragedia griega) su tono de voz es pausado y monocorde; cuando habla tiene la mirada perdida en el infinito y un enarcamiento constante de las cejas hacia arriba. “La mujer es el Único Misterio, comparado con ellas, el origen del Universo, el sentido de la vida y aún la Santísima Trinidad son dudas menores Tano”; me dice en un café del Once: fuma copiosamente, apura un café ultra-cargado y tiene ojeras de no haber dormido bien en la última semana. Está desafeitado, la barba entrecana evidencian sus cuarenta y ocho largos. Es abogado. Vivió con varias mujeres antes y después de casarse. Sin embargo me jura que cada vez las entiende menos. - “Ellas nos vienen observando desde hace siglos- continua- saben cómo funcionamos, que decirnos, cuando pestañearnos, cuando sonreírnos, que botones nos tienen que tocar; y nosotros ¿Qué hacemos Tano? ¿Eh, que hacemos?; las miramos con pasión arrebatadora todo el tiempo, con un reflejo atávico e indominable que permite calcular formas, texturas, volúmenes, tamaños y diseños corporales…pero que nos deja en gran desventaja: mirar no es lo mismo que observar ¿me entendés? ni es lo mismo, ni es igual. Y se merecen que las miremos che, porque son bellas (¡que lo parió!), notoriamente más fuertes que nosotros, seductoras, son capaces de multiplicar la especie y quedarse con nuestro corazón: nada ha creado la naturaleza que supere la mujer Tano (¡puta madre!) nada. Pero entenderlas, lo que se dice entenderlas… eso es otro tema; harina de otro costal”. Entonces yo aventuro con mucho tacto:

-“Quizá es más innecesario que imposible entender a las mujeres Dany, es en ese desconcierto metafísico, en esa diferencia irremontable que está el secreto del erotismo y la atracción. No hay que quejarse, hay que disfrutar. Si no se entiende, vamos bien”.

-¡Error Tano, gran y grave error! -agrega exaltada y casi violentamente - eso lo decís porque en el fondo estás bien con tu “jermu”;las mujeres se divierten con nosotros como se divertía Nicolino Locche con los pegadores frontales ¿O no? (Daniel es fanático de ese arte incomprendido llamado boxeo). Yo lo miro con cara de poker, agrego un neutro “Uhmm”, creo que Daniel exagera pero no me animo a contradecirlo. Está recién separado y necesita una oreja, un sparring. Además, un separado no es un soltero. Un separado es un solo. Y un neo-separado es un solo nuevo con grandes problemas emocionales. Así nomás. A los pocos minutos del corte con su ex, un millón de sensaciones contradictorias se le han instalado en el cuerpo, las hormonas y el alma. Podrá mostrarse ante el mundo y ante su mismísimo espejo como un tipo nuevo, eufórico, lleno de planes, liberado, serenamente feliz. Y también sentirse dominado por una secreta furia, un deseo de venganza inconfesable y virulento. Estará lleno de inseguridad, de una sensación de fracaso indecible, con el corazón roto y probablemente la cuenta bancaria en rojo, dispuesto a babearse ante cualquiera, a seducir indiscriminadamente solo para demostrarle al mundo entero –a él- que todas son iguales, como las perras e ingratas de los tangos.

Los estados de ánimo fluctuarán y, de pronto, las tareas del nuevo hogar (no importa si es un monoambiente) abrumarán al neo separado como si tuviera que realizar los siete trabajos de Hércules. Aparecerán objetos nuevos, a veces desconocidos, a veces inmanejables: lavarropas, escobas, multiprocesadoras, planchas, hornos etc. La historia pasada, las culpas, las peleas, las acusaciones mutuas serán revisadas una y mil veces contra la almohada y en la oscuridad de la noche (¡Auch!). Desde ahora en adelante habrá que ponerle pecho a lo que viene. Y lo que viene es generalmente un nuevo rol, un nuevo espacio, un nuevo tiempo. Un nuevo despelote en suma. No es fácil (para ambos) hay que prepararse porque al lado de este nuevo, resbaloso, inestable y peligroso terreno…el Rubio de Camel (¿Se acuerdan?) circulaba por autopista despejada y sin piqueteros a la vista.



sábado, 22 de diciembre de 2012

RAZONES PARA NO CREER EN EL APOCALIPSIS


Visto el rotundo fracaso de las profecías Maya que anunciaban el fin del mundo para el viernes pasado, quiero empezar este escrito diciendo que  la historia de las profecías fallidas del fin del mundo es  tan larga casi como la historia del Cristianismo. Podemos afirmar que las especulaciones numerológicas  sobre la fecha del fin del mundo y la segunda venida de Cristo comenzaron  en  los primeros siglos de la cristiandad. De poco sirvió la advertencia de Jesús a sus discípulos sobre no pretender conocer el día y la hora de su segunda venida, como así también la fecha del fin. A los interesados en esta ardua (y aburrida materia para el que no está motivado), los remitiría a las  casi cuatro mil páginas, de los cuatro tomos, de la  monumental obra del historiador adventista  LeRoy Edwin Froom, The prophetic Faith of our Fathers, [1] es estas páginas Froom recoge una extraordinaria documentación sobre cientos, o mejor dicho miles de personajes más o menos famosos, que con cálculos más o menos disparatados trataron de fijar  un gran número de fechas, como la fecha del fin del mundo, Armagedón, apocalipsis etc. Sobre todo en los siglos XVIII y XIX, donde se verificó un verdadero auge de este fenómeno. Se puede decir que en este período, no ha habido año que no haya sido indicado como “el año del fin”. Todas  (absolutamente todas) las profecías fallaron, Cristo jamás se presentó a la cita de su segunda venida; y el mundo –obviamente- continuó impertérrito. La reacción de los “calculadores” y “profetas” también ha sido estándar. Han reaccionado de tres formas a saber:
a) Se admite francamente que la fecha era equivocada y se concluye que no es oportuno en general calcular fechas (siendo esta la reacción  más rara);
b) Se declara que el cálculo era justo en cuanto al número de los años, pero errado en cuanto la fecha de partida indicándose un nuevo termino de iniciación, lo que permite desplazar hacia adelante algunos años la fecha del evento previsto;
c) Se declara que se ha esperado la cosa equivocada en la fecha justa. No ha existido ningún error de cálculo: en la fecha prevista ha tenido lugar un evento importantísimo, el error ha consistido en esperar dicho evento en el mundo físico, porque este se ha verificado en el mundo sobrenatural (comienzo de una especial presencia invisible de Cristo sobre la tierra ect.) Siendo esta la explicación que en este momento se da sobre la fallida profecía Maya.
Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial -el episodio más violento de la historia de la humanidad, ya que se cobró entre 50 y 70 millones de víctimas-, las creencias milenaristas ingresaron en otra fase. Tras aquella sucesión de matanzas masivas, el Holocausto Judío y las bombas arrojadas por los EE.UU. sobre las poblaciones civiles de Hiroshima y Nagasaki, el pronóstico de inminentes escenarios apocalípticos se multiplicó por todo el mundo.
El hombre ya poseía el poder para autodestruirse. El fin del mundo anunciado para el pasado viernes da pie para pasar revista a varias de las profecías apocalípticas dadas en la primera mitad del siglo XX en arreglo a los cambiantes contextos históricos:
1948. Un grupo de campesinos italianos aún esperaba la vuelta de Davide Lazzaretti, un profeta del siglo XIX asesinado por el gobierno. Él previó que su muerte inauguraría el Reino de Dios.
1954. La presunta contactada con seres de otro mundo Dorothy Martin anuncia una catástrofe y el rescate de su grupo en una nave. El caso da lugar a un estudio psicosocial pionero, “Cuando las profecías fallan”
 1962. La vidente y astróloga Jeanne Dixon  predice una "alineación planetaria" que destruirá el mundo.
1967. George Van Tassel "canalizador" de un E.T. llamado Ashtar, anuncia que el sureste de los EE.UU. podría ser destruido por un ataque nuclear soviético.
1969. El año del alunizaje del Apolo 11, Charles Manson  predice una "guerra apocalíptica interracial". Fue condenado a prisión perpetua por la matanza de Sharon Tate y varios de sus amigos.
1975. EE.UU. es derrotado en Vietnam. El pastor Herbert Armstrong , quien había vaticinado el fin del mundo para 1936, 1943 y 1972, fracasa por cuarta vez. Los Testigos de Jehová también habían predicho el reinado de mil años de Cristo para ese año. Y también habían predicho el fin para el 1914, 1925
1973. David Berg, líder de los Niños de Dios, predice que el cometa Kohoutek arrasará con todo. Luego, apenas si se ve.
1980. El predicador evangélico Hal Lindsey  dice que comienza el fin de la historia. Profetiza que EE.UU va a recibir un "ataque nuclear sorpresa" de la URSS.
1982. El físico John Gribbin afirma en su libro El efecto Jupiter un alineamiento planetario que desatará el caos. El pastor Pat Robertson vio lo mismo en 1976. Ese año Benjamin Creme anunció que Maitreya, un Cristo, interferiría en los televisores de todo el mundo.
1987. Leland Jensen, del culto Baha´i, predijo que el 29-4 el cometa Halley iba a destruir la Tierra. El 17-7 el místico José Arguelles organizó Convergencia Armónica Internacional, un movimiento que debía reunir 144.000 personas en una meditación colectiva.
1990. Elizabeth Clare Prophet  predice una guerra nuclear para el 23-4. Se pertrechan con armas y víveres a la espera del fin de los tiempos, que iba a ocurrir en 2002.
1991. Louis Farrakhan líder del grupo Nación del Islam, declaró el comienzo del Armagedón. Sus visiones están ligadas con el antisemitismo y la ufología religiosa..
1993. El 19-4, tras 51 días de asedio, el FBI incendia el rancho de la Rama Davidiana, cerca de Waco, Texas. El fuego mata 86 hombres, mujeres y niños, incluyendo a David Koresh, quien anunciaba un inminente final de los tiempos.
1994. Neal Chase, del grupo Baha´i, predijo que Nueva York iba a ser destruida por un ataque nuclear el 2-05. El Armagedón tendría lugar 40 días después.
1996. Otro contactado, Sheldon Nidle, predijo que el 17-12, la Tierra iba a atravesar un "cinturón de fotones" y llegaría a su fin.
1998. Hon-Ming Chen, líder del grupo Chen Tao, dijo que Dios llegaría en un platillo volador el 31-03 a las 10:00 A.M. Dios sería como él y aparecería en el canal 18 de los EE.UU.
1999 Berlitz1999. El escritor Charles Berlitz predijo que sería el año del fin de la Tierra. No precisó cómo sucedería. Para Paco Rabanne el satélite Mir se estrellaría en París el 11-8. Todos hablaron del diseñador profeta. El Y2K, o "el error del 2000", iba a paralizar la Tierra. La "profecía informática" tuvo otros aliados: series de TV, entrevistas y notas sobre "el milenio".
2000. Sun Myung Moon predice la llegada del Reino de los Cielos. Hal Lindsey aconseja a los cristianos evitar hacer planes para este año. Dato excéntrico: Isaac Newton también creía que el Milenio de Cristo comenzaría este año, al igual que los médiums Helena Blavatsky y Edgar Cayce.
2003. La contactada Nancy Lieder, fundadora de la web ZetaTalk, predice la colisión del llamado "planeta Nibiru" para mayo. El gurú nipón Soko Asahara anticipa una guerra nuclear para fin de ese año.
2007. Pat Robertson insiste en que ese año llega el fin del mundo.
2011. Harold Camping predice que el 21-5 regresará Cristo y rescatará a los elegidos. El 21-10 el planeta iba a "estallar bajo la ira divina". El grupo "La verdad eterna", desprendido de la Iglesia Adventista, predijo el fin del mundo para el 15 de octubre.
2012. Varios autores, el más famoso de los cuales es José Arguelles, coinciden en que los mayas anunciaron el catastrófico paso del "planeta Nibiru" o el inicio de una gran transformación el 21-12.
2012. Teóricos y cultores de diversas pseudociencias, como el escritor belga Patrick Geryl, han pronosticado un diluvio causado por una disparatada "inversión de los polos".
Tanta acumulación de fracasos debería  enseñar  algo ¿No será que estos anuncios tienen "fines  muy distintos" que el mero altruismo cristiano por salvar almas? Les dejo la respuesta a ustedes.  


[1] L.E. Froom, The propheticFaith of Our Fathers ( Washinton D.C., Review and Herald Publishing Co, 1948 ), vol. II, p. 124.

viernes, 21 de diciembre de 2012

VIERNES 21 DE DICIEMBRE: EL FIN DEL MUNDO SEGÚN LA PROFECÌA MAYA


Hace no mucho, solo doce años, una gran cuenta regresiva –la entrada del año 2000- se vivió con una combinación de euforia cronológica, combinada con ciertas dosis de paranoia milenarista. Sobre nuestras cabezas sobrevoló el fantasma de un peligro desconocido hasta ese entonces llamado efecto 2000. Las trompetas del Juicio Final no iban a sonar por nuestros pecados en el año 2000, ni se trataba de ningún meteorito que arrasaría la vida en la tierra sin remisión, como anunció oportunamente Hollywood en sus películas Armageddon o Deep Impact. La amenaza provenía de las computadoras, esos dóciles instrumentos creados por el hombre para ayudar en las tareas diarias. Un error de cálculo, la falta de previsión de los informáticos de años pasados, amenazaba con cortar el suministro eléctrico, paralizar hospitales, asesores, transformar computadoras y hasta provocar un holocausto nuclear. Afortunadamente todo quedó en la nada. Y nunca sabremos con certeza si se trató de un alarmismo exagerado o si realmente las cosas se hicieron tan bien, que se erradicó por completo la fuente de los posibles errores. Si se trató de “la madre de todas las paranoias”, o del mejor esfuerzo conjunto emprendido por el planeta en toda su historia (conocida). A los medios de comunicación no les fue mal haciendo titulares apocalípticos para aumentar las ventas. Las condiciones eran óptimas para la credulidad, el problema era muy concreto, una cuestión de ceros. Y si bien los antiguos romanos pudieron crear una civilización sin el cero, parecían inminentes que, por el contrario, la sociedad actual, se derrumbaría sin él. Por suerte no sucedió. De cualquier manera, por esa época y desde distintos campos de la cultura contemporánea se venía anunciando un grand finale.

 

Estos últimos años del milenio vinieron a coincidir el fin de la modernidad proclamado por Gianni Vattimo, el fin de la historia según Francis Fukuyama o el fin del arte que argumentaron Arthur C. Danto y Hans Belting. Todo lo anterior en un mundo que ya había vivido el fin de las ideologías y el crepúsculo de los dioses. Se había abusado de ese afán apocalíptico y como ironizaba David Brooks[1]: “La dificultad de escribir un libro que hable del fin de algo consiste en encontrar cosas que aún no hayan finalizado. La historia, la igualdad, el racismo, la tragedia y la política ya no están disponibles y La muerte de…acapara casi todo lo demás”.

 

El 31 de diciembre de 1999 pasó y no notamos mucho la diferencia con el milenio pasado. Todo pareció seguir en el mismo sitio donde quedó el siglo XX, incluidas nuestras propias debilidades y nuestras grandes contradicciones.

 

Pero como si lo anterior no nos hubiera bastado, inmediatamente empezado el nuevo milenio, surgieron en el horizonte apocalíptico “Las Profecías Maya”. Y cuyos exégetas (la mayoría improvisados, sin conocimientos de lingüística, antropología, arqueología y un largo etc) comenzaron a decir que el 21 de diciembre se acababa el mundo o –en el mejor de los casos- empezaba una nueva era. Que nos teníamos que deshacer de todo lo anterior para entrar en una nueva época en la que habíamos encontrado una nueva fecha fija. Si usted está leyendo esto el viernes 21 de diciembre del 2012 sabe que eso no ha pasado. No han ocurrido catástrofes, no se han abierto los cielos, no se ha estrellado ningún meteorito, no ha llegado ningún “rayo sincronizador” del centro de la galaxia. Sabe que no vivimos en el rutilante comienzo de un nuevo milenio, sino en el turbulento epílogo un milenio que todavía agoniza. Uno de los más contradictorios y crueles de la historia humana (conocida).

 

Epilogo:

 

Quiero cerrar con una reflexión de un gran periodista argentino, un gran desmitificador, Alejandro Agostinelli:

 

A las 00:01 del 22 de diciembre de 2012 todo lo que se dijo sobre el fin del mundo será inútil. Si la "profecía maya" coincide con una catástrofe real, a nadie le importará la teoría: los sobrevivientes estarán demasiado ocupados en salvar el pellejo. Si las "profecías" son, como cualquier persona informada sabe, puras habladurías, tampoco importará: sólo se confirmará la gran habladuría universal y la inaudita exageración de los medios que promovieron la idea para hacer rating haciendo temblar a los más creyentes y entreteniendo a los escépticos, pues tanto unos como otros cambiarán rápidamente de tema. Al final de "la cuenta larga" los más entusiastas del "apocalípsis" o el "cambio de era" serán los menos interesados en mantener viva la cuestión...

 

 

jueves, 13 de diciembre de 2012

DOWNSHIFTING


En mundo del marketing, la vida del consumidor se plantea como una espiral vertiginosa en la que los productos cada vez tienen una esperanza de vida menor; en la que el consumo se sigue acelerando cada vez más. En otro artículo planteamos que de seguir así, si continuamos al ritmo que vamos, solo nos va a quedar consumir rápidamente y desechar en forma inmediata lo que adquirimos para dar lugar a nuevos productos y nuevos deseos.  Pero es posible que esta sensación de vacío que propicia esta espiral de lugar a un cambio de actitud. Que surjan nuevas posibilidades menos materialistas, esto es, conformarnos con menos, valorar lo que tenemos y hasta renunciar expresamente a beneficios materiales en aras de una mayor calidad de vida emocional, lo que los norteamericanos llaman downshifting.

En torno a esta idea del  downshifting, o lo que es lo mismo simplicidad voluntaria como antídoto contra el exceso de consumo, se ha creado la filosofía  de una nueva frugalidad. Ya en el lejano 1995, el 28% de los norteamericanos había elegido rebajar su nivel de consimo de alguna forma, con un grado de satisfacción asociado del 86%. Pero muy mal se tienen que poner las cosas para que lleguemos a esto. Generalmente el psicólogo da un ultimantum o hay un infarto que amenaza  como para que realmente estemos dispuestos a dejar aquello hacia lo que nos hemos encarrilado toda la vida: nuestro poder de consumo.

Me parece que todavía no estamos preparados para el downshifting o al menos, aunque se trate de una tendencia en alza, hay que reconocer que todavía afecta a una parte pequeña de la población. Por ahora dudo que seamos capaces de mentalizarnos para renunciar a un nivel d ingresos mayor para seguir otras prioridades: tiempo con los amigos o con la familia, cultivar aficiones, leer, hacer deportes o simplemente vaguear. Desde luego, la sociedad no lo promueve: ni los medios de comunicación, ni la maquinaria publicitaria, ni las empresas quieren ciudadanos con un menor nivel de ingresos. Quizà alguna producción de Hollywood oportunista se inspire en esos valores, pero no para propagar un cambio de mentalidad (no seamos ingenuos) sino para vender entradas de cine y cobrar royalties.

Hay que tener mucha convicción y estar dispuesto a perder prestigio social, brillo profesional y hasta el respeto de algún familiar para tranformarse en un downshifter. De hecho todas las personas (la mayoría europeas o norteamericanas) a las que he sentido hablar bien del  downshifting lo hacen con sordinas, admirándolo en el prójimo, pero sin desearlo para sí. Y es totalmente comprensible. Desde chicos hemos sido entrenados para desear la colección completa de los 250 absurdos Pokèmon. Las infinitas variaciones de Barbie con todo su universo de complementos etc.  Y el que menos tiene, menos vale.

Solo existe una escalada de deseo, de consumo y facturas que cuanto más ascendente sea, mas subraya el triunfo de una vida. Lo que se deja detrás, ni se ve ni se valora. A la larga lo que importa no es el tiempo que hayas dedicado al mundo interno de quienes te rodean y al tuyo propio. Lo que cuenta son los metros cuadrados de tu casa, la cilindrada de tu coche, las marcas que te visten y los quilómetros recorridos para llegar al destino de las próximas vacaciones. En el mundo de hoy, la famosa frase cartesiana “pienso luego existo”, ha sido transformada por otra “consumo, luego soy”.

Fuente : Juan Carlos Pérez  Jiménez “Síndromes Modernos” Edit: Espasa Hoy. Madrid 2002