martes, 26 de febrero de 2013

LOS SECRETOS DEL VATICANO: VATI-LEAKS

La Iglesia católica vive hoy su peor momento en lo que va de este siglo y del siglo pasado. Las guerras entre la curia, la disputa por el dinero y el poder, la pedofilia tardíamente reconocida y sancionada están en el meollo de la uestión.

Lo que está aconteciendo en la Santa Sede empezaría a raíz de las filtraciones de documentos secretos fuera del Vaticano - los llamados “VatiLeaks”- una parte de las cuales fueron atribuidas a la traición del mayordomo del pontífice, Paolo Gabriele que (condenado a una pena casi simbólica y graciado por el Papa) hace pensar si no era el mismísimo Benedicto XVI, el que quería que los documentos se filtrasen a la opinión pública.

El año pasado el Papa nombró una comisión investigadora compuesta por tres veteranos y expertos cardenales: Julián Herranz, Jozef Tomko y Salvatore De Giorgi. La comisión cardenalicia entrevistó a decenas de obispos, cardenales y laicos al cabo de lo cual quedó un retrato escalofriante del Vaticano: grupos de poder en disputa, confabulados según las distintas congregaciones religiosas o la región del mundo a la que pertenecen o sus preferencias sexuales. La investigación cardenalicia adelantó que altos jerarcas de la Iglesia podrían estar siendo víctimas de “influencias externas” a raíz de “sus relaciones de naturaleza mundana”.

El pasado 17 de diciembre la comisión le entregó su Informe final al Papa, “La Relationem” .El Diario La Repubblica y el semanario italiano Panorama (dos de los más prestigiosos cotidianos italianos) difundieron parte de “La Relationem”. En la misma hay muchos nombres, medios, instrumentos y circunstancias. La Repubblica escribe textualmente: “Por primera vez la palabra homosexualidad fue pronunciada en el departamento pontifical”. Mencionando el caso de monseñor Tommaso Stenico, suspendido tras una entrevista televisiva en la que contó de encuentros homosexuales en el Vaticano.

Otro personaje en la cuerda floja sería Marco Simeon, director de la RAI, la radiotelevisión italiana en el Vaticano, protegido del cardenal Secretario de Estado, Tarcisio Bertone. La RAI acaba de sacarlo del cargo. Simeon estaría relacionado con el centro “Priscilla”, adonde acudían personajes que deberían cuidar su fama de castidad.

Entre los lugares de encuentros que refiere en detalle “La Relationem”, según La Repubblica, figuran “un sauna en Quarto Millo”, un centro estético en el centro de Roma, una residencia universitaria en vía Trasone y una residencia privada “utilizada como domicilio romano por un arzobispo” del norte de Italia. En las mismas estancias vaticanas se consumaban los encuentros que una “lobby homosexual” controlaba.

La homosexualidad no está en discusión, pero sí la condena intransigente de una Iglesiaque durante varios siglos califico como “non sanctas” prácticas de este tipo.

El Vaticano negó de inmediato estas informaciones. El padre Federico Lombardi, portavoz del Vaticano, juzgó que las revelaciones eran “fantasiosas” y que muchas cosas dichas eran “simplemente falsas”. El portavoz lanzó luego un duro ataque contra los medios: “No falta quien trata de aprovecharse del momento de sorpresa y de desorientación de los espíritus débiles para sembrar confusión y desacreditar a la Iglesia y a su gobierno, recurriendo a métodos antiguos como la murmuración, la desinformación y, a veces, la calumnia”.

El Papa, sin embargo, parece dar crédito al contenido de esa “desinformación”. Con sus declaraciones más recientes, Benedicto XVI aceptó como verdaderas las informaciones lanzadas por la prensa. Desde que el pasado 11 de febrero anunció en latín su decisión de renunciar, no ha cesado en sus declaraciones envueltas en reprimendas y dolorosas denuncias. El viernes, el Papa reconoció “el sufrimiento y la corrupción” que azotan al Vaticano. Luego, mirando hacia el concilio que debe nombrar a su sucesor, Benedicto XVI advirtió a los cardenales que “el diablo los ha prevenido: trabaja sin descanso para enturbiar la obra de Dios”.

Quienes conocen parte de lo que ocurre dentro de la Santa Sede señalan que el artículo de La Repubblica contiene datos exactos y verídicos. A ello se suma a la tormenta que, a medida en que se acerca la fecha de la renuncia del Papa se cierne sobre el cónclave que debe designar al sucesor de Benedicto XVI. La polémica surge ahora porque se plantea una disyuntiva en torno de la presencia o no en el cónclave de los cardenales que ocultaron a curas pederastas y hasta los protegieron. Ese es el caso del cardenal Roger Mahony, responsable de la diócesis de Los Angeles y acusado de encubrir a lo largo de un cuarto de siglo a 129 sacerdotes implicados en abusos a menores. Los otros cardenales comprometidos con los mismos actos infames son el cardenal primado de Irlanda, Sean Brady, y el cardenal belga Godfried Danneels. Estos tres personajes son los más implicados en la protección que dieron a los pederastas pese a sus actos nefandos.

Día tras día, la caja de Pandora deja escapar sus peores siluetas. Los demonios que la curia ocultó durante décadas se pasean hoy como espectros resucitados por los pasillos del Vaticano: corrupción, sexo y dinero, una trilogía que deja atónita a millones de fieles en todo el orbe que no salen de su asombro.



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