viernes, 6 de abril de 2012

Los Seres Humanos Como Patologìa



«Quisiera compartir una revelación que he tenido durante el tiempo que he estado aquí. Me llegó cuando trate de clasificar tu especie: Me di cuenta que realmente ustedes no son mamíferos. Cada mamífero en este planeta desarrolla instintivamente un equilibrio natural con el ambiente que lo rodea, pero los seres humanos no. [Los humanos] se trasladan a un área, y se multiplican, y multiplican, hasta consumir cada recurso natural. La única forma de sobrevivir es instalarse en otra área. Existe otro organismo en este planeta que sigue el mismo patrón: El virus. Los seres humanos son una enfermedad, un cáncer para este planeta, una plaga…». Estas palabras son las que pronuncia el viscoso agente Smith mientras tortura e intimida a Morfeo, en la película The Matrix, 1999. Siempre me pregunté si los hermanos Wachowski (directores y guionistas de la saga) habían exagerado con esa afirmación en boca de su personaje. La respuesta me tardó seis años en llegar; estando en España, estudiando sostenibilidad de proyectos turísticos tuve que leer un artículo “Why are so many of us? Description and diagnosis of a planetary ecopatological process”. El autor de HERN, W.M. (1990) médico de profesión, apreció una fuerte analogía entre las características que definen los procesos cancerígenos y la incidencia de la especie humana sobre el territorio, apoyándose en las similitudes observadas entre la evolución de las manchas cancerígenas reflejadas en los escáneres y las que recoge la cartografía sobre la ocupación del territorio. Este autor enumeró las siguientes características de las patologías cancerígenas: 1- Crecimiento rápido e incontrolado. 2- Indiferenciasión de las células malignas. 3- Metástasis en diferentes lugares. 4- Invasión y destrucción de los tejidos adyacentes. Analizó después la relación de estas características con el reflejo territorial de las tendencias incontroladas del crecimiento poblacional, económico, etc.; con sus consecuencias destructivas sobre el patrimonio natural y cultural; con la extensión de los modos de vida y de gestión indiferenciados; con las metástasis que genera la proyección del colonialismo de los estados primero y de las empresas transnacionales después, a través de la “globalización” del comercio, las finanzas,… y los media. Todo lo anterior impecablemente apoyado con datos estadísticos e información científica. Las conclusiones de Hern W.M no distaban mucho de las del Agente Smith en la película. Pero –debo admitir- esta evidencia ya había sido apreciada hace tiempo por mentes igualmente brillantes, sin necesidad de sesudas reflexiones científicas: cuando, tras haberse independizado la India, los periodistas ingleses preguntaron a Ghandi si trataría entonces de alcanzar su país el “nivel de vida” británico, este respondió “si Gran Bretaña ha necesitado expoliar medio planeta para conseguirlo ¿Cuántos planetas necesitaría la India? Reconozco que en este artículo hay un hilo conductor que lleva a las arenas movedizas sino del pesimismo, a las del nihilismo total. Pero desde que he sido padre, me he auto impuesto el deber del “medio vaso lleno”, ahí va un cierre optimista: Las posibilidades de reconvertir el metabolismo de la sociedad actual dependen de que se replantee el modo de gestión imperante de los recursos económicos. Se trata de conseguir que el sistema económico actual "coevolucione" adaptándose a exigencias ecológicas, como había ocurrido durante buena parte de la historia de la humanidad, en vez de potenciar las patologías descriptas, que fuerzan la evolución degradante del medio a base de crear islas de orden y mares de deterioro. La cuestión clave es si esa “coevolución” se produce o no. En caso de producirse, tal “coevolución” afectaría también a los patrones de vida y de consumo tanto en países ricos, como en los países pobres. Es decir, que el cambio de aquellos presupone modificar la idea de sistema económico, de crecimiento, de desarrollo, de calidad o nivel de vida. Entonces -quizá entonces- tendremos entre manos un mundo mejor.

2 comentarios:

Rodolfo Ruiz dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Rodolfo Ruiz dijo...

Lamento decir que a pesar también de ser padre, no puedo más que ubicarme en el terreno de las arenas movedizas. A menos que la ingeniería genética nos brinde un mágico elixir, el cáncer -por ahora- se cura sólo en las tempranas etapas de su desarrollo, y de manera bastante cruenta por cierto.
No se en qué etapa de desarrollo estemos como humanidad, pero con 7000 millones de personas en este planeta, claramente no estamos en la etapa temprana. Y a riesgo de entrar en arenas más escabrosas, no quiero pensar en qué consistiría la quimioterapia/radioterapia que pudiera salvarnos...
"Cualquiera que crea que el crecimiento exponencial puede seguir para siempre en un mundo finito, o bien es un loco o un economista" - Kenneth Boulding.