lunes, 27 de febrero de 2012

El club 27


El rock es un universo cerrado, con sus propias deidades, su mitología, su crítica, sus formas oraculares, su propia trinidad ( sexo, drogas y rock and roll). Cíclicamente se llena de orgullo de sí mismo, se aburre de sí mismo, se autodestruye y todo vuelve a empezar… con nuevos grupos; con otras generaciones que se pasan nombres y grabaciones de bandas como si de un rito iniciático se tratase. Donde cualquier profano queda fuera si no maneja los códigos de acceso a toda una cultura (o subcultura) con mucho de sombras y de luces.
En el círculo de sombras del rock se encuentra el famoso “Club 27”, que es uno de los mitos más consumados del roca y rueda. Es un club muy selecto de famosos que está abierto las 24 horas del día, no tiene portero que impida la entrada y tampoco se debe pagar consumo mínimo. Es una suerte de templo en el que habitan una serie de “rock stars” que apenas vivieron 27 años. Además murieron en el apogeo de la fama, la fortuna, la belleza física y/o la creatividad “inmortalizándose”. Estos son algunos de sus miembros más famosos (la lista es más larga):
Robert Johnson conocido como "El Rey del Delta blues."Muere el 18 de agosto de 1938 y se considera que toda la movida actual del rock and blues comienza con él, a pesar de solo haber dejado un registro de 29 canciones. Sus habilidades con la guitarra, el talento en la composición han influenciado a generaciones enteras de músicos, entre ellos Eric Clapton y Kate Richards, quienes lo consideran un maestro de maestros. Su enigmática vida, pobremente documentada, han dado lugar a la creación de muchas leyendas sobre su persona, la más difundida, la de haber firmado un pacto con el diablo.
Brian Jones: miembro fundador de los Rolling Stones, el guitarrista fue expulsado del grupo por Mick Jagger y Keith Richards. Tuvo problemas de droga y enredos con la justicia. Apareció ahogado la madrugada del 3 de julio de 1969 en su piscina en Sussex (Inglaterra). La investigación concluyó que se trató de una muerte accidental, bajo los efectos del alcohol y la droga, pero otras tesis circulan, incluyendo la de un asesinato.
Jimi Hendrix: el guitarrista afro-estadounidense murió ahogado con sus propios vómitos mientras dormía, tras haber ingerido un cóctel de vino y somníferos, el 18 de septiembre de 1970 en un hotel de Londres. Instrumentista superdotado, cantante y compositor, Hendrix dejó una huella imborrable en la historia de la música. Hubo un antes y un después de él en la forma de tocar la guitarra eléctrica.
Janis Joplin: Cantante estadounidense de voz excepcional, murió el 4 de octubre de 1970 -apenas quince días después de Jimi Hendrix- de una sobredosis de heroína en un hotel de Los Ángeles. Estaba en esa ciudad grabando un nuevo álbum, "Pearl", su sobrenombre. Había dejado un cheque de 2.500 dólares para que sus amigos gastaran en fiestas. También dejó el recuerdo de una artista libre, en rebelión contra el conservadurismo y el racismo, que logró imponerse en el mundo del rock and roll, hasta entonces con amplio predominio masculino.
Jim Morrison: cantante estadounidense y líder de The Doors, murió el 3 de julio de 1971 en París, donde se había exiliado tras ser condenado en Estados Unidos por "exhibición indecente". Según la policía, falleció de una crisis cardíaca, aunque hay quienes atribuyen su muerte a una sobredosis. Su tumba es una de las más visitadas en el cementerio parisino de Père Lachaise.
Kurt Cobain: cantante y guitarrista estadounidense, se suicidó de un balazo el 5 de abril de 1994 en Seattle (noroeste de EEUU). Con su grupo, Nirvana, creó un nuevo estilo, el “grunge”, que renovó el rock y dio cuerpo y alma al malestar de los adolescentes de los años 90. Estuvo casado con la cantante Courtney Love. Kurt Cobain, acosado por la depresión, las enfermedades y los problemas con las drogas, nunca soportó la celebridad que le procuró "Nevermind", el álbum más conocido de Nirvana.
Amy Winehouse, fallecida el pasado julio en Londres, en el 2006 ganó cinco Grammys entre ellos: Mejor nuevo artista, Grabación del año, Canción del año,Mejor iinterpretaciòn femenina por Rehab, además de Mejor album pop vocal por Back to Black. Ammy no pudo asistir a la ceremonia debido a que en un primer momento, Estados Unidos le negó la visa debido «a uso y abuso de narcóticos». Cuesta creer el deterioro físico de la inglesa cuando se ve una secuencia de fotos donde se muestra su viaje desde el esplendor de la belleza física (era realmente bella) y su estilo vintaje; hasta una decadencia física total rayana con la anorexia y la mendicidad. La Winehouse murió totalmente en la ley del club.
Otra simetría curiosa: al momento de fallecer –cuenta la leyenda- Kurt Cobain,Jimmy Hendrix, Janis Joplin y Jim Morrison llevaban un encendedor blanco en sus bolsillos…
Así como al Dios Cronos de la mitología griega se servía de la carne de sus propios hijos para poder seguir viviendo, al Star System y las compañías discográficas estas muertes le sirven: devoran sus propios hijos no solo porque la muerte vende… sino porque la muerte joven vende aún más.
Cuando uno tiene quince o dieciocho en el rock se pueden encontrar respuestas. O muchas preguntas sin respuesta que pueden terminar lamentablemente arenas movedizas de las adicciones. ¿Qué música hubieran dejado Jhonson, Hendrix, Joplin, Cobain y la Winehouse su hubieran vivido hasta los cuarenta? Otra pregunta sin respuesta.

jueves, 9 de febrero de 2012

La muerte del Flaco Spinetta





Escribir que Luis Alberto Spinetta era uno de los “padres fundacionales del rock nacional” suena a homenaje, a monumento. Y “el Flaco” era algo así como el “antihomenaje”; el “no-monumento”. Si pensamos el rock en su esencia es eso, los hippies (y Spinetta fue uno) fueron eso: contracultura en estado puro. Pero Spinetta fue algo más que contracultura, “El Flaco” fue una suerte de juglar, de trovador moderno (y posmoderno) que deambuló durante más de cuarenta años con una guitarra eléctrica, un puñado de versos melancólicos y un inmenso talento. Era totalmente autodidacta y sus canciones tenían “algo” que emociona. “Algo” que eriza la piel y no puede aprenderse en ninguna escuela, en ninguna academia de música. Algo con lo que se nace o no; y él fue uno de los pocos tocados por la varita mágica.
Sus bandas alimentaron la mitología de mi pequeño universo adolescencial: Almendra, Pescado Rabioso, Invisible, Spinetta Jade. Sus canciones forman parte de la inevitable columna sonora de mi adolescencia, juventud y madurez. “Muchacha ojos de papel”(que para mì fue Adela, mi primera novia) , “Plegaria para un niño dormido” (que para mí fue Octavio mi hijo), “Todas las hojas son del viento” (otra vez Octavio), “Me gusta ese tajo” ( Lorena, mi actual mujer).
“Toda la vida tiene música” rezaba el título de una de sus canciones y tenía razón. Pero solo seres como Spinetta son capaces de oírla, componerla, escribirla y hacerla perdurable. También podría cerrar este artículo diciendo que la muerte no deja nada, por lo menos hasta donde sabemos. La muerte despoja. Por eso parece ser tan difícil morir. Porque se pierde lo que se pensó poseer para siempre, pero también – y fundamentalmente- queda una sensación de vacío difícil de ser capturada con palabras. Pero en el caso de Luis esa sensación (lo sé) será menor ya que estará seguramente colmada por la fuerza de sus exquisitas canciones.