Era “pesado” en todas las acepciones y connotaciones de la palabra. Y tenía aficiones que practicadas con cierta periodicidad obsesión y método, no es improbable que desemboquen en la muerte: el rock y la velocidad.
No voy a escribir que era uno de los “padres fundacionales” del rock argentino porque suena a homenaje, a monumento. Y “el Carpo” era precisamente eso: el “antihomenaje”, el “no-monumento”.
La leyenda de Pappo nace en los años 60 en “La Cueva”, en aquel tiempo en el que se comienza a cocinar ese gran “caldo de cultivo” que intentaba darle color local a “esa” inspiración sonora internacional llamada rock. “La Cueva”-decía- le ve nacer, ese “antro” dónde se mezclaba misticismo oriental con música, sexo, psicodelia, delirio y –por supuesto- otras yerbas, es su primer palco.
Es en esa época cuando Integra la primera formación memorable Los (embrionales) “Abuelos de la nada”; por ese entonces ya hacía tiempo que había dejado la guitarra criolla para pasar definitivamente a la eléctrica, y en el pasado había quedado su primera banda de barrio: Los buitres.
Es en 1969 (con apenas 19) cuando Los Gatos lo sacan del anonimato. Estuvo dos años al frente de la primera guitarra y después viene el primero de sus muchos “fines”. Pappo indiscutiblemente quería rock, del duro, y hacía ahí empezaría a caminar....o correr.
Entonces llegó el primer Pappo´s blues de la mano de Black Amaya y David Lebón. Y comenzaron a sucederse los discos hasta que se dio el primer stop: su viaje a Londres en 1971. Mientras trabajaba de lavacopas, en el primer local del Hard Rock Café de esa ciudad, Pappo pudo ver en vivo al Cream de Eric Clapton, a King Crimson, Jethro Tull y hasta presenció el nacimiento de Motörhead banda con la que luego llegaría a tocar.
El camino que recorrería Pappo a lo largo de su vida sería largo, sinuoso, plagado de saltos a través del océano, de viajes hacia el norte, bien al norte, de fundaciones y refundaciones de sí mismo, de su mùsica y de sus bandas.
De regreso en Buenos Aires en 1980 forma Riff, su siguiente agrupación. Acompañado por Michel Peyronel (hoy señor de la FM Tango) , Héctor "Boff" Serafine y Juan García Haymmes, este grupo grabaría cinco LPs y es considerado como el principal responsable del auge del rock and roll en la Argentina en la década de los '80.
Tras grabar y presentar "Pacto diabólico" (1987), Pappo se instaló en Los Ángeles y formó una nueva banda, bautizada The Widow Maker ("el hacedor de viudas"). Con ella realizó una mini gira por América del Sur y por 24 ciudades de Estados Unidos.
Para fines del año 1992 toca junto a B.B.King en Obras y luego telonea a los Guns N'Roses en River. A mediados de 1994, Pappo gira nuevamente por Estados Unidos y se presenta por segunda vez con B.B.King, en el Madison Square Garden de New York. Es el ápice de su carrera, Pappo toca “el cielo con las manos” y el blues con los grandes de la tierra....¿Qué mas podía pedir el autodidacta muchacho de Buenos Aires ?
El Carpo" dominaba como los grandes las diferentes tonalidades del blues, conocía los colores de un buen boggie, palpitaba en el rock con guiños de rockabilly, poseía la melancolía de una balada y el tono dramático que hace al mejor tango....perdón al mejor blues.
Estuvo varias veces en San Juan. Marcelo Cricco fue su anfitrión, su amigo y en una oportunidad el custodio de su más preciado bien: su guitarra. Los “pibes” del barrio no lo podíamos creer.
Recuerdo de él un par de cosas:
Una surreal versión del Himno Nacional Argentino tocada “tiempo de blues” y cantada con su anacrònica voz.
Un sentido del humor tan sutil como el aceite para autos SAE 90, o tan fino como una milanesa a caballo con papas fritas comida en un bar del Dock Sud. Cuando se lo comenté a Marcelo me contestó: ¿Y què querías del “Carpo”? ¿Qué se comportara como Madre Teresa?. Tenía razón.
Por eso cuando me sorprendí con la noticia de su muerte en la Harley me dije: ¿Y cómo pretendías que muriese Pappo? ¿Abuelito chocho y en la cama de un geriàtrico?
26-feb- 2005
No voy a escribir que era uno de los “padres fundacionales” del rock argentino porque suena a homenaje, a monumento. Y “el Carpo” era precisamente eso: el “antihomenaje”, el “no-monumento”.
La leyenda de Pappo nace en los años 60 en “La Cueva”, en aquel tiempo en el que se comienza a cocinar ese gran “caldo de cultivo” que intentaba darle color local a “esa” inspiración sonora internacional llamada rock. “La Cueva”-decía- le ve nacer, ese “antro” dónde se mezclaba misticismo oriental con música, sexo, psicodelia, delirio y –por supuesto- otras yerbas, es su primer palco.
Es en esa época cuando Integra la primera formación memorable Los (embrionales) “Abuelos de la nada”; por ese entonces ya hacía tiempo que había dejado la guitarra criolla para pasar definitivamente a la eléctrica, y en el pasado había quedado su primera banda de barrio: Los buitres.
Es en 1969 (con apenas 19) cuando Los Gatos lo sacan del anonimato. Estuvo dos años al frente de la primera guitarra y después viene el primero de sus muchos “fines”. Pappo indiscutiblemente quería rock, del duro, y hacía ahí empezaría a caminar....o correr.
Entonces llegó el primer Pappo´s blues de la mano de Black Amaya y David Lebón. Y comenzaron a sucederse los discos hasta que se dio el primer stop: su viaje a Londres en 1971. Mientras trabajaba de lavacopas, en el primer local del Hard Rock Café de esa ciudad, Pappo pudo ver en vivo al Cream de Eric Clapton, a King Crimson, Jethro Tull y hasta presenció el nacimiento de Motörhead banda con la que luego llegaría a tocar.
El camino que recorrería Pappo a lo largo de su vida sería largo, sinuoso, plagado de saltos a través del océano, de viajes hacia el norte, bien al norte, de fundaciones y refundaciones de sí mismo, de su mùsica y de sus bandas.
De regreso en Buenos Aires en 1980 forma Riff, su siguiente agrupación. Acompañado por Michel Peyronel (hoy señor de la FM Tango) , Héctor "Boff" Serafine y Juan García Haymmes, este grupo grabaría cinco LPs y es considerado como el principal responsable del auge del rock and roll en la Argentina en la década de los '80.
Tras grabar y presentar "Pacto diabólico" (1987), Pappo se instaló en Los Ángeles y formó una nueva banda, bautizada The Widow Maker ("el hacedor de viudas"). Con ella realizó una mini gira por América del Sur y por 24 ciudades de Estados Unidos.
Para fines del año 1992 toca junto a B.B.King en Obras y luego telonea a los Guns N'Roses en River. A mediados de 1994, Pappo gira nuevamente por Estados Unidos y se presenta por segunda vez con B.B.King, en el Madison Square Garden de New York. Es el ápice de su carrera, Pappo toca “el cielo con las manos” y el blues con los grandes de la tierra....¿Qué mas podía pedir el autodidacta muchacho de Buenos Aires ?
El Carpo" dominaba como los grandes las diferentes tonalidades del blues, conocía los colores de un buen boggie, palpitaba en el rock con guiños de rockabilly, poseía la melancolía de una balada y el tono dramático que hace al mejor tango....perdón al mejor blues.
Estuvo varias veces en San Juan. Marcelo Cricco fue su anfitrión, su amigo y en una oportunidad el custodio de su más preciado bien: su guitarra. Los “pibes” del barrio no lo podíamos creer.
Recuerdo de él un par de cosas:
Una surreal versión del Himno Nacional Argentino tocada “tiempo de blues” y cantada con su anacrònica voz.
Un sentido del humor tan sutil como el aceite para autos SAE 90, o tan fino como una milanesa a caballo con papas fritas comida en un bar del Dock Sud. Cuando se lo comenté a Marcelo me contestó: ¿Y què querías del “Carpo”? ¿Qué se comportara como Madre Teresa?. Tenía razón.
Por eso cuando me sorprendí con la noticia de su muerte en la Harley me dije: ¿Y cómo pretendías que muriese Pappo? ¿Abuelito chocho y en la cama de un geriàtrico?
26-feb- 2005
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