miércoles, 14 de enero de 2009

OBAMA




Debo confesar que el discurso de Martín Luther King “Tengo un sueño”, siempre me conmocionó hasta las lágrimas. Con esa disertación el reverendo King mostró al mundo, no solo el poder que tienen las palabras para cambiar la realidad, sino una veta idealista que lo llevaría –poco tiempo después- directamente a la tumba. Exactamente como a Malcom X y su “black power”.King estaba condenado a muerte por la elite reaccionaria blanca WASP (White, Anglo-Saxon and Protestant) y lo sabía. Por eso-creo- pedía lo imposible: como los jóvenes del mayo francés. Pedía que no hubieran linchamientos públicos de negros, que no hubieran quema de iglesias afro-americanas, que no hubieran ciudadanos de segunda en la tierra de las oportunidades, que negros y blancos pudieran compartir baños y colectivos entre otras cosas. Ideas revolucionarias para una América hiper-racista solo cuarenta y cinco años atrás en el tiempo. Hoy es el futuro por el que King dio su vida.. Creo que eso fue lo primero que me gustó de Obama, que sus discursos tuvieran esa desinencia , ese “rumor de fondo” a Marting Luther King (yes we can, yes we can repetido como jaculatoria). Y que también como con Evo (eje-del-mal) Morales fuera de piel oscura, digo negra. Perdón, no totalmente negro, ni blanco, ni absolutamente americano, ni total y pluscuamperfectamente cristiano. Barack Obama, el nuevo presidente del país más potente del mundo, es una metáfora de la posmodernidad. Me gusta que sea cosmopolita, que haya nacido en Hawai, que se haya criado en las calles Indonesia, que venga de una familia disfuncional, que sea un hijo negro en una familia de blancos. Que haya sido extranjero en todos los mundos posibles. Me gusta que le haya ganado a Hillary.first-lady Clinton. Me gusta que pensara (antes que Bush saliera a intervenir) que el estado debe regular la economía y que EEUU deba retirarse de Irak. Me gusta que no descienda de esclavos, ni de notorios activistas de los derechos civiles y que esto haya molestado al principio a las elites negras. Me gusta que públicamente haya admitido haber fumado marihuana. Me gusta que en el centro de su nombre esté la palabra Hussein (Barack Hussein Obama) y que esto suene a gobernante iraquí depuesto y ahorcado.
Lo que no me gusta es la situación en la que debe asumir, comparable solo a la que tuvo que enfrentar Lincon en 1861, con el país al borde de la guerra civil. O Roosvelt en 1933 cuando guardó silencio ante las políticas que Hoover seguía aplicando a rajatabla y que habían desembocado en el “Crack del 29”. Obama tiene ante sí; a) Una guerra en la que se llevan gastados tres billones de dólares ( 3millones de millones) b) La más profunda y compleja crisis económica financiera de los últimos setenta años c) La incógnita del cambio climático. Situaciones de las cuales no se sale con recetas keynesianas anotadas en una libreta de carnicero. Debe acertar desde al arranque porque no tiene mucho margen de error. No en el país cuna del Ku Klux Klan. No en el país que clasifica a las personas según las razas y que no sabe de gradaciones (el neopresidente es mulato y no negro). No en el país que terminó (en circunstancias poco claras) cargándose a Lincon por abolicionista, a Kennedy por “zurdito y católico”(leer el informe de Jim Garrison sobre el asesinato de JFK), y a Luther King y Malcom X lisa y llanamente por ser negros.
Pero Obama fue criado con ternura por una abuela blanca, piensa como blanco, habla como blanco y ha frecuentado universidades de elite tradicionalmente para blancos. Entonces esto en principio -y en sí mismo- no sería un problema, ya otra gente de color ha demostrado ser indiscutible cuando hacen bien los deberes y protegen los intereses de los jefes “cara pálida”.Cuando son centinelas de los valores de la “Moral Majority”: Piénsese a Collin Powell, a Condoleezza Rice, o a Terence Todman. Pero más allá de estos cinismos (y a pesar que Obama signifique para nosotros solo “el mal menor”) suscribo absolutamente las declaraciones de Elisa Carriò "Que un negro sea Presidente de los Estados Unidos es extraordinario para la humanidad, habla de esperanza cierta en el futuro del mundo”. Por eso ¡Merde Mr President!

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