Debo confesar que el tema de las “profecías mayas” ha
despertado mi curiosidad desde hace unos diez años. He buscado información al respecto y lo que he
encontrado me ha parecido sumamente llamativo, excéntrico y poco basado en hechos
comprobables, (al igual que me resulta excéntrica, llamativa e insólita toda la
escatología bíblica cristiana que se
empeña en calcular la fecha del “fin del mundo”, “apocalipsis”, “segunda venida
de Cristo” o como quieran llamarle).
Existe una multitud de páginas en Internet en las que
se comentan las famosas siete profecías
Maya. Se publican textos que “revelan” el futuro, y se enuncian toda clase hecatombes, “cambios de conciencia cósmica”, “el despertar
de una nueva era” “alineación con el centro de la galaxia” y otros temas tan caros a la New Age como al
mundo alternativo…pero apenas se encuentra información fidedigna acerca de las
fuentes en las que se basan. Casi ninguna página Web, libro o texto explica
quienes fueron los Mayas, cuál era su cultura y en qué creían.
Empecemos
por el principio
Los Mayas fueron un agrupamiento de diferentes
pueblos, unidos por un legado cultural común. El origen de los Mayas es
bastante discutido, pero se suele tomar por cierto que la cultura Maya nace por
el siglo I después de Cristo. Tenían su propio sistema de escritura que, al
parecer, usaron para plasmar una prolífica literatura, que luego los
conquistadores españoles se encargaron de eliminar de forma sistemática y
organizada (para “salvar sus almas del infierno” por supuesto). La estructura
era del tipo jeroglífica (en realidad más próxima a la escritura china que a la
egipcia) y es una combinación de símbolos fonéticos e ideogramas.
La conquista española eliminó a todo ser que
pudiera interpretar estos símbolos y la escritura Maya se perdió hasta que,
hace más o menos ciento cincuenta años,
se lograron avances en la interpretación de los textos y se pudo saber que
decían todos los jeroglíficos esculpidos en los templos.
Además de los pasajes dejados en las piedras
(conocidos como estelas) se salvaron solo cuatro textos. A estos los llamaron los códices maya y son:
el Códice de Madrid, el Códice de Dresde, el Códice de París y el Códice de
Grolier (este último, al parecer, es una falsificación hecha en los ´60).
Todos los códices son sólo fragmentos de la
cultura Maya y no pueden, ni por asomo, ni lejanamente, interpretarse como un
compendio de dicha cultura. Para que el lector entienda, es como si hoy viniera un cataclismo, asolara nuestra civilización y se salvaran sólo cuatro textos… conjeturemos
que sólo quedara la Biblia (sólo el nuevo testamento), un libro de Nostradamus
(pero sólo 23 hojas), uno de Isaac Asimov (la segunda fundación y por la mitad)
y unas nuevo hojas de algún libro de
derecho romano o civil. ¿Cuánto se puede saber/ inferir de nuestra cultura con
sólo estos textos?
El calendario Maya
El famoso calendario Maya del que tanto hablan,
mide el tiempo de forma algo diferente al nuestro. Ellos tenían dos
calendarios, uno religioso y otro “normal”. Una forma que tenían de ver las
fechas era con una rueda, que vendría a ser algo así como los calendarios que
tenemos nosotros, sólo que con él, se podía tener varios miles de días y no los
modestos 365 días que poseemos hoy.
El arqueólogo y etno-historiador J. Eric S.
Thompson que estudió por décadas la cultura de este y otros pueblo, calculó que
el día 0 de este calendario sería el 11 de agosto de 3114 AC y que si se busca
el máximo número días que nos puede dar este calendario, llegamos a que son 1.872.000.
El cálculo de esos días partiendo del 11 de agosto de 3114 AC da que todo “se
termina” el 21 de diciembre de 2012.
Thompson aclara que el calendario Maya se termina
en la mencionada fecha, sólo porque no lo pensaron para que dure más (bastaba
con agregarle un nivel más), y no porque este pueblo pensara que se acabara el
mundo, o sea no lo agregaron porque no era necesario hacerlo. Doy un ejemplo,
sería algo así como decir que se termina el mundo el 31 de diciembre del 2012
porque el calendario que tenemos delante nuestro no muestra el 1 de enero del
2013.
Las fuentes que no existen
Empecemos por las fuentes de estas profecías que
en teoría, es de conde salen de los códices. Se observa que todos los textos de
donde se sacan estas profecías, son casi una copia idéntica entre sí, pero que
en todos los casos omiten hacer referencia a libros de antropólogos o
lingüistas que realmente hayan trabajado con los códices (de hecho, yo mismo
pase varias horas hasta encontrar algo de información que sea diferente al continuo repetir de
estas profecías).
Todos los sitios -como dije al principio- hablan de destrucciones y calamidades, pero
nunca hacen mención a los textos originales (sólo dicen que sale de tal o cuál
códice, pero del extracto del texto original nada). Son, en todos los casos,
las conclusiones de alguna extraña interpretación, de algún texto, del que nunca citan la fuente. Cada una de
estas profecías es -en el mejor de los casos- una interpretación de algún texto
que nunca se menciona.
Las fuentes que si existen
Hay en realidad 16 códices hechos por las
culturas prehispánicas que todavía se conservan, pero sólo cuatro son de
confección Maya. Estos textos no los encontré completos en ningún lugar. Pero,
basándome en las referencias de las publicaciones que llegue a leer, lo que se
saca en limpio es que los Mayas tenían sus profecías como cualquier pueblo y estas
son, como siempre pasa, lo suficientemente crípticas o ambiguas como para que
cada uno saque las conclusiones que quiera.
Quisiera hacer un par de reflexiones: olvidemos
por un momento las famosas “siete profecías”, sólo diremos que
los Mayas dejaron “profecías”. Estas tienen la misma validez y credibilidad que
cualquier otra profecía hecha por cualquier profeta de cualquier tiempo y lugar
de la historia. O sea, o son tan cripticas como para que cada quién interprete
lo que quiera, o dan fecha a un futuro tan distante que es imposible de
comprobar (hay profetas y sectas que
anuncian el fin del mundo para un tiempo próximo pero “sólo” se llenan de
dinero, esperan que pase la fecha y después anuncian su error, lo corrigen y el
nuevo fin del mundo llega dentro de X cantidad de años… y vuelven a comenzar).
Creer en la interpretación particular de alguna
de ellas es un acto de fe. Del mismo tipo de fe que puede tener cualquier persona
religiosa de cualquier culto. No se basa
en la lógica académica seria, sino en una propensión satisfacer subjetivas necesidades personales.
La segunda conclusión es que las siete profecías
no tienen ningún asidero, ni siquiera en los textos de los códices Maya, no
existe un listado de profecías que hablen (ni remotamente cerca) de las cosas
que mencionan los sitios que pululan en Internet. Existirá, presumo, algún
listado de profecías supuestamente Maya en el cual estaría el origen de estas conjeturas (no quise
escribir pelotudeces), pero no hay forma de comprobarlo ya que tienen por
costumbre no hacer referencia al lugar de donde sacan la información.
Simplemente hablan de esas “verdades” sin decir de dónde salen.
Entonces ¿Qué va a pasar el famosísimo 21 de diciembre
del 2012? La respuesta más probable desde el punto de vista académico es la siguiente: nada.
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