Hace poco que estoy en Buenos Aires y hace mucho leí un libro de Julio Mafud: “La Conducta Sexual De Los Argentinos”. Leí hace quince años en este libro: “En la sociedad moderna argentina han desaparecido todas las categorías “naturales” del sexo. Todo: Masculinidad, femineidad, normalidad, anormalidad, están sometidos a un proceso violento de cambio”. Mafud para mí se quedó corto, me explico con un ejemplo:
En Buenos Aires, hace poco, visité a un viejo amigo: “el Indio Sarmiento”. Porteño, peronista, bostero, metalero y últimamente convertido a la fe del 2x4. Como se apreciará, la vida del Indio es una suerte de olardía a la coherencia ideológica, excepto por el último punto. Interrogado sobre este último ítem (el porqué de su conversión al tango) me respondió:
-“Cuando se es adolescente todo lo que uno necesita es rock y, como adolece entre otras cosas de un gusto formado, cualquier bondi de deja algún lugar. A los veinte eran los Clash y Sumo, pero a los treinta el rock ya no te ofrece más respuestas y, llegando a los cuarenta ya ni siquiera te ofrece preguntas. A los cuarenta todo es puro cuento”
Allí, en el mismísimo equipo de audio donde antaño –doy fe- habían estallado Black Sabath, Led Zeppelín, Venom y Exiter, hoy desgranaba un tango la oxidada voz del “Polaco Goyeneche”. De pronto y –como para demostrarme empíricamente la aparente coherencia del todo- con el control remoto Sarmiento hizo un cambio de CD, donde los V8 empezaron a aullar una versión trash-metal de “Cambalache”. Versión que –intuyo- hubiera revuelto a Discépolo en la mismísima tumba.
- ¡El “kía” era un heavy o un punk Tano, sentí esa letra!- agregó eufóricamente - lo que pasa es que el heavy o el punk todavía no se habían inventado. ¿Te das cuenta que somos la primera generación que vio a sus estrellas de rock hacerse viejos? De observar a Van Morrison y a los Stones nos damos cuenta de cómo la gente crece, de observar a los Bee Gees o a ELO (Electric Light Orchestra) nos damos cuenta de cómo la gente simplemente se hace vieja, gagá o muere. Quizá por eso es que esta música hoy es nostalgia, pero el Polaco…el Polaco suena como si hubiera grabado esto ayer a la tarde. ¡Què lo parió!
Sarmiento estaba sentado frente al televisor. Con el teléfono en las rodillas, un pedazo de pizza fría sobreviviente de la cena de anoche y el diario en el apoyabrazos del sillón. Mientras relojeaba unos avisos en la hoja de clasificados, le pregunté si estaba por comprar algo, porque no me lo imaginaba buscando un laburo en los clasificados. El Indio me miró y señalando la caja fría y grasosa de pizza me dijo si no quería un pedazo. Le dije que no con un gesto cercano al asco. Sarmiento agregó semiatorado entre tos y tos :
-Esta noche voy a llamar una minita con el mismo sistema de delivery-pizza. Cuando se vaya vuelvo a poner al Polaco, miro una película serie B en la tele, me sirvo un vaso largo (bién largo) de Juanito Caminador etiqueta negra, y cuando me canse de disfrutar de la vida, decido si me suicido o si me voy a dormir hasta que tenga que levantarme” ,me dijo con un muy porteño gesto de desdén en la comisura de los labios.
Entonces trato de convencerlo sobre las ventajas de construir una relación seria con una mina como la gente. Un pequeño proyecto de pareja, una convivencia, una vida juntos… un cachorrito, qué se yo, eso, vos me entendés nocierto?
-¡No me jodàs Tano, se te nota que sos provinciano! Yo ya me comí todas las inferiores, a los veinte uno se banca cualquier loca que ande suelta por las mismas razones que escuchàs a los Clash o los Sumo. A los treinta y pico, con un divorcio encima y varias carreras ganadas y perdidas, uno ya sabe que por más buena que esté si está mal de la azotea no hay forma. A los cuarenta uno tiene la certeza que para involucrarse con una dama no debe ser menos que eso, una verdadera dama, y ya no quedan. Entonces se recurre al sistema de delívery-pizza. Además, a mí de chiquitito me enseñaron que el sexo es algo sucio, y que había que ocultar, así me gusta el sexo a mí. Lo único que necesito hoy es un poco de sexo... decime, ¡pero con una mano en el corazón! ¿Qué te parece mejor? ¿“Ardiente brasilera nivel ejecutivo”, “Tetamanti cumple todas tus fantasías”, o “increíble rubia labios- de- fuego- nunca Barby”?...
Fuente: Julio Mafud, “La conducta Sexual de Los Argentinos” Editorial Distral, Bs. As 1988.
En Buenos Aires, hace poco, visité a un viejo amigo: “el Indio Sarmiento”. Porteño, peronista, bostero, metalero y últimamente convertido a la fe del 2x4. Como se apreciará, la vida del Indio es una suerte de olardía a la coherencia ideológica, excepto por el último punto. Interrogado sobre este último ítem (el porqué de su conversión al tango) me respondió:
-“Cuando se es adolescente todo lo que uno necesita es rock y, como adolece entre otras cosas de un gusto formado, cualquier bondi de deja algún lugar. A los veinte eran los Clash y Sumo, pero a los treinta el rock ya no te ofrece más respuestas y, llegando a los cuarenta ya ni siquiera te ofrece preguntas. A los cuarenta todo es puro cuento”
Allí, en el mismísimo equipo de audio donde antaño –doy fe- habían estallado Black Sabath, Led Zeppelín, Venom y Exiter, hoy desgranaba un tango la oxidada voz del “Polaco Goyeneche”. De pronto y –como para demostrarme empíricamente la aparente coherencia del todo- con el control remoto Sarmiento hizo un cambio de CD, donde los V8 empezaron a aullar una versión trash-metal de “Cambalache”. Versión que –intuyo- hubiera revuelto a Discépolo en la mismísima tumba.
- ¡El “kía” era un heavy o un punk Tano, sentí esa letra!- agregó eufóricamente - lo que pasa es que el heavy o el punk todavía no se habían inventado. ¿Te das cuenta que somos la primera generación que vio a sus estrellas de rock hacerse viejos? De observar a Van Morrison y a los Stones nos damos cuenta de cómo la gente crece, de observar a los Bee Gees o a ELO (Electric Light Orchestra) nos damos cuenta de cómo la gente simplemente se hace vieja, gagá o muere. Quizá por eso es que esta música hoy es nostalgia, pero el Polaco…el Polaco suena como si hubiera grabado esto ayer a la tarde. ¡Què lo parió!
Sarmiento estaba sentado frente al televisor. Con el teléfono en las rodillas, un pedazo de pizza fría sobreviviente de la cena de anoche y el diario en el apoyabrazos del sillón. Mientras relojeaba unos avisos en la hoja de clasificados, le pregunté si estaba por comprar algo, porque no me lo imaginaba buscando un laburo en los clasificados. El Indio me miró y señalando la caja fría y grasosa de pizza me dijo si no quería un pedazo. Le dije que no con un gesto cercano al asco. Sarmiento agregó semiatorado entre tos y tos :
-Esta noche voy a llamar una minita con el mismo sistema de delivery-pizza. Cuando se vaya vuelvo a poner al Polaco, miro una película serie B en la tele, me sirvo un vaso largo (bién largo) de Juanito Caminador etiqueta negra, y cuando me canse de disfrutar de la vida, decido si me suicido o si me voy a dormir hasta que tenga que levantarme” ,me dijo con un muy porteño gesto de desdén en la comisura de los labios.
Entonces trato de convencerlo sobre las ventajas de construir una relación seria con una mina como la gente. Un pequeño proyecto de pareja, una convivencia, una vida juntos… un cachorrito, qué se yo, eso, vos me entendés nocierto?
-¡No me jodàs Tano, se te nota que sos provinciano! Yo ya me comí todas las inferiores, a los veinte uno se banca cualquier loca que ande suelta por las mismas razones que escuchàs a los Clash o los Sumo. A los treinta y pico, con un divorcio encima y varias carreras ganadas y perdidas, uno ya sabe que por más buena que esté si está mal de la azotea no hay forma. A los cuarenta uno tiene la certeza que para involucrarse con una dama no debe ser menos que eso, una verdadera dama, y ya no quedan. Entonces se recurre al sistema de delívery-pizza. Además, a mí de chiquitito me enseñaron que el sexo es algo sucio, y que había que ocultar, así me gusta el sexo a mí. Lo único que necesito hoy es un poco de sexo... decime, ¡pero con una mano en el corazón! ¿Qué te parece mejor? ¿“Ardiente brasilera nivel ejecutivo”, “Tetamanti cumple todas tus fantasías”, o “increíble rubia labios- de- fuego- nunca Barby”?...
Fuente: Julio Mafud, “La conducta Sexual de Los Argentinos” Editorial Distral, Bs. As 1988.
1 comentario:
Que tremendo Armando, che, ¿Y si le mandamos Reiki al Indio para ver si puede abrir los ojos? Otro tema, te llego mi mail, te mande uno hace días, a ver si por acá lo ves más rapido. Quiero saber de vosotros!!! Un abrazo. Laura.
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