sábado, 18 de diciembre de 2010

SANTA CLAUSS, PAPÀ NOEL O SAN NICOLÀS


La iglesia catòlica el 6 de diciembre recuerda a San Nicolás, quien murió en el año 345, hace más de 1,660 años. Su nombre significa "Protector y defensor de pueblos". Este santo fue tan popular en la antigüedad, que se le han consagrado en el mundo más de dos mil templos. Era invocado en los peligros, en los naufragios, en los incendios y cuando la situación económica se ponía difícil, la gente conseguía por su intercesión favores admirables.
Por haber sido tan amigo de la niñez, en su fiesta se reparten dulces y regalos a los niños, y prácticamente con esta fecha se empezaban las festividades de diciembre. Como en alemán se llama "Sankt Nikolaus", lo empezaron a llamar Santa Claus. Nació en Licia (que se localiza en la actual Turquía), de padres muy ricos. Desde niño se caracterizó porque todo lo que conseguía lo repartía entre los pobres. Decía a sus padres: "sería un pecado no repartir mucho, siendo que Dios nos ha dado tanto".
Se consagró como sacerdote. Al morir sus padres atendiendo a los enfermos en una epidemia, él quedó heredero de una inmensa fortuna. Entonces repartió sus riquezas entre los pobres y se fue de monje a un monasterio. Después de visitar la Tierra Santa volvió a Turquía y llegó a la ciudad de Mira donde los obispos y sacerdotes estaban en el templo discutiendo a quién deberían elegir como nuevo obispo de la ciudad, porque el anterior había muerto. Encomendaron el asunto a Dios y dijeron: "elegiremos al próximo sacerdote que entre al templo". Sin saber esto, en ese momento entró Nicolás y por aclamación de todos fue elegido obispo.

Algún relato de la vida de Nicolás:El primer relato sobre el santo data del siglo IV y apareció en un texto griego. Narra la historia de tres jóvenes que beben más de la cuenta. El patrón los asesina para robarles y mete los cuerpos en una cuba de vino. Enterado Nicolás, corre a la taberna y los devuelve a la vida tras una buena reprimenda.De alli el hecho de que se lo represente junto 3 niños.Otra historia es la del padre que, por estar hundido en la miseria, decide prostituir a sus tres hijas. Esa misma noche San Nicolás dejó deslizar por la chimenea de la casa tres barras de oro como dote para cada una de las muchachas.Supuestamente las barras cayeron dentro de las medias que las chicas habían colgado en la chimenea para que estas se secaran. De allí la tradición de colgar las medias.En la Roma Antigua se celebraban en invierno las fiestas religiosas en honor a Saturno, el Cronos de los griegos. A mediados de diciembre había ceremonias religiosas, fiestas, juegos, las relaciones de autoridad se invertían (las mujeres sobre los hombres, los hijos a los padres). Al final de las fiestas, los niños recibían regalos de todo el mundo. Papá Noel no tenía por entonces un nombre ni un sexo definido. Los niños italianos, por ejemplo, recibían sus regalos de una bruja buena llamada Befana. En los bosques vascos quien venía con regalos era un gigante llamado Olentzero, y también carboneros, duendes, campesinos de barba blanca, botas altas y gorro de armiño eran los que regalaban cosas a los niños.No es extraño que el recuerdo de los milagros de San Nicolás entre los fieles cristianos sustituyera a las figuras paganas portadoras de regalos.

Lo pintaban con unos niños, porque los antiguos contaban que un criminal hirió a cuchillo a varios niñitos, y el santo al rezar por ellos obtuvo su curación instantánea. También pintan junto a él a una señorita, porque en su ciudad había un anciano muy pobre con tres hijas y no lograba que se casaran ya que no tenía para dar dote. Desesperado, el viejo concibió el terrible plan de prostituirlas para sobrevivir. Al enterarse el santo, por tres días seguidos, cada noche le echó por la ventana una bolsa con monedas de oro, y así el anciano logró casar a sus hijas muy bien.

Es Patrono de Rusia, de Grecia y de Turquía. También es Patrono de los marineros, porque estando unos marineros en medio de una terribilísima tempestad en alta mar, empezaron a decir: "Oh Dios, por las oraciones de nuestro buen Obispo Nicolás, sálvanos". Y en ese momento vieron aparecer sobre el barco a San Nicolás, el cual bendijo al mar, que se calmó, y en seguida desapareció.

El emperador Diocleciano decretó una persecución contra los cristianos y Nicolás fue encarcelado y azotado, pero siguió aprovechando toda ocasión para enseñar la religión a cuantos trataban con él. En oriente lo llaman Nicolás de Mira, por la ciudad donde estuvo de obispo, pero en occidente se le llama Nicolás de Bari, porque cuando los musulmanes invadieron a Turquía, un grupo de católicos sacó de allí en secreto las reliquias del santo y se las llevó a la ciudad de Bari, en Italia. En esa ciudad se obtuvieron tan admirables milagros al rezarle a este gran santo, que su culto llegó a ser sumamente popular en toda Europa.
Las antiguas historias de los niños y los regalos dieron lugar en Alemania, Suiza y Holanda a la leyenda del "niño obispo" y sobre todo a la costumbre de que San Nicolás traiga secretamente regalos para los niños el 6 de diciembre, día en que la Iglesia celebra su fiesta.

El golpe de gracia en la transformación de San Nicolás en el ícono actual lo dio en la literatura el pastor protestante Clement C. Moore (en lo comercial fue la Coca Cola) quien publicó el 23 de Diciembre de 1823 un poema llamado "Un relato sobre la visita de San Nicolás". Creo que su inspiración estuvo en la leyenda holandesa sobre este tema.Los elementos que se agregan a la tradición son muchos:El famoso Jo Jo Jo, la técnica para meterse por las chimeneas, los nombres de los renos y su aspecto físico.La inspiración además de la leyenda holandesa también tiene elementos del dios Odin o Wotan quien viajaba en un trineo tirado por renos. Antiguamente San Nicolás tocaba a la puerta, andaba a caballo, no había costal y su atuendo cambió un poco. Recordemos que ya se tenía la concepción del anciano de sotana en rojo pues San Nicolás fue obispo y cuando salió de prisión en tiempos de Constantino, tenía una larga barba blanca. Claro que este autor agregó elementos a su atuendo y el cambio un traje vistoso, botas y cinturón negros fue de la Coca Cola, sin duda una de las influencias más radicales.Los nombre de los renos:Dasher (Brioso), Dancer (Bailarín), Prancer (Acróbata), Comet (Cometa), Cupid (Cupido), Donner (Trueno), Blitzen (Relámpago), Vixen (Juguetón) y Rodolfo que apareció posteriormente.

En los Paises Bajos se celebra por ejemplo una fiesta llamada Sinterklaas la cual se da en honor a Sint-Nicolaas, de alli su nombre En esta festividad la gente coloca sus zapatos cerca de la chimenea, y se supone que el ayudante de San Nicolas colocaba regalos en los zapatos. Esta costumbre procede de la edad media donde la gente necesitada dejaba sus zapatos en la iglesia y en ellos se repartian las dadivas.De esta tradicion proviene la idea de dejarle los zapatos a los reyes magos.

Dicha costumbre fue popularizada en los Estados Unidos por los protestantes holandeses de la ahora Nueva York, que paganizaron al santo católico convirtiéndolo en un mago nórdico llamándolo “Santa Claus”.

Pero quien realmente popularizó la imagen de Papá Noel fue el emigrante Thomas Nast. Él se había hecho muy famoso como caricaturista político. En 1863 se le ocurrió la idea de crear un personaje especial para sus historietas navideñas en el Harper's Weekly. El éxito fue arrollador y una nueva imagen de Papá Noel, vestido de rojo, con gorro y botas altas saltó a todas las revistas infantiles y periódicos de su tiempo. Nast debió basarse en los señores del invierno europeos porque su Papá Noel es absolutamente pagano, pero poco tenía ya que ver con San Nicolás de Myra y Bari.

La mitra de obispo fue remplazada por el hoy famoso gorro rojo, desaparecieron su cruz pectoral y lo mudaron de Turquía al Polo Norte, de donde viene por la nieve en un trineo jalado por renos. El Santa Claus paganizado cautivó la imaginación de agentes publicitarios en el occidente. En Estados Unidos comenzaron a usarlo en campañas publicitarias pre-navideñas. Hoy en día, Santa Claus se utiliza para vender toda clase de cosas y casi nadie recuerda su verdadera historia y origen cristiano.

sábado, 11 de diciembre de 2010

EL TANGO, UN PRODUCTO ITALO-ARGENTINO


El tango nació mudo. Es decir, tuvo música ritmo, movimiento, pero no tuvo letra. “ Anteriormente ( escribe Ezequiel Martinez Estrada en su admirable “Radiografía de la Pampa” ) cuando se cultivaba en el suburbio y por lo tanto no había experimentado la alisadura, el planchado de la urbe, tuvo algunas figuras en las que el bailarín lucía algo de su habilidad; en las que ponía algo que iba improvisando: El movimiento de la pierna y de la cadera, algún taconeo, corridas de costado, cortes, quebradas, medias lunas y ese ardid con que el muslo de la mujer, sutilmente engañada, pegaba toda su longitud con la del hombre, firme, rígido. Por entonces era música solamente, un música lasciva que llevaba implícita la letra que aparecería años depués, cuando la masa popular que lo gustaba hubiera formado el poeta capaz de expresarla ”.
Esa “masa popular” estaba constituida en gran parte por miles de inmigrantes europeos que habían llegado a la Argentina decididos a “hacerse la América”. Como tantos paisanos suyos habían hecho, y después de unos años de trabajo intenso, nuestro inmigrante en vez de lograr reunirse con un pequeño capital que le permitiera el regreso a su país de origen para disfrutar de un pacífico y cómodo retiro, tuvo que quedarse con modestos ingresos y años y más años sin que que el día de la liberación llegase. Tuvo que quedarse sujeto al yugo del trabajo, sin otro consuelo ni esperanza que una dudosa, problemática y lejana jubilación.
Lo mismo sucedió con el hombre del interior de la Argentina que abandonó su rincón provinciano para probar fortuna en la gran capital, seducido por los programas de radio que presentaban una vida fácil y glaumorosa. Y no le quedó más remedio que aceptar trabajos rudos y no bien pagados para seguir viviendo en la gran urbe.
El fracaso, la frustración, no se miden por lo que hemos conseguido, sino por la diferencia entre lo conseguido y lo que creíamos que merecíamos, y que esperabamos conseguir. Esta amarga sensación anidó en el espíritu de estos hombres protagonistas de su infortunio, y los llevó a rumiar en silencio la amargura del su propio destino.
El frustrado, el fracasado, el resentido necesitaban de una canción dolorida que fuera portadora del mensaje de su dolor, para airearlo a los cuatro vientos, para transferir esta pena íntima y recóndita a algo que fuera el denominador común de todos ellos. Esa canción, esa transferencia se hizo a través del tango, a través de las letras de los tangos. Y a medida que el tiempo trascurriría, no obstante todo, el tango conservaría siempre, ese aire tristón, urticante y fatalista que siempre lo impregnó.
“ El tango es un pensamiento triste que se puede bailar”. “Es la voz de un mundo en formación, levadura de todo, fermentacion de todo. Es el refunfuño de Buenos Aires y de sus desterrados, su tribulación musical, su estertor sentimental, su temblor neurótico, su ronquido sensual, su arcoiris privativo”, afirmba Ramón Gómez de la Serna que todo sobre el tango captó en su vuelo poético. “ El tango - continúa - es un tablón para los náufragos y un abismo para las mujeres”. “ Los desarraigados que vuelven a arraigarse, lo cantan, lo bailan. Sólo el violín es el bálsamo sutil que pone la nota piadosa y absolutoria”.
Con las grandes oleadas inmigratorias en la Argentina de fines del siglo XIX y principios del XX llegaron en riadas a esta tierra de promesas miles de europeos cuasi analfabetos o desconocedores totales del idioma. Llegaron como llamados a ponerle música, o inspirar melodías y letras que amalgamasen las desazones y desdichas de los fracasos atrazados por el resentimiento. Para esto nada mejor que los italianos. Ellos provenían de un país eminentemente lírico. Sus canzonetas, sus mandolinatas, su vocación para el “bel canto”, todo los hacía los más indicados para el cultivo y la inspiración de este género que recién se consagraba.
El hogar de estos emigrantes solía ser en su gran mayoría modesto, de costumbres sencillas.Allí los recuerdos de la patria lejana, se mezclaban con el poco aliño en el vestir, la espera compulsiva de los espaciados correos con noticias de ultramar y un fuerte acento regional en el jefe de la familia. Los hijos de estos inmigrantes contrastaban la discreta vida de su hogar con lo que en el colegio vehía y escuchaba a sus compañeritos, pertenecientes a las mejores y más encumbradas familias de la ciudad. Era natural que diariamente, estableciese “in menti” la comparación entre lo que veía en su casa y lo que trascendía de la vida de sus compañeros. Allí, en la escuela, oía hablar de golf, de las grandes estancias ganaderas, de las carreras en los hipódromos, del polo, de los conciertos en el Colón, etc. etc. es decir de todo lo que constituía la opulenta y regalada vida de las distinguidas familias porteñas. Muchos de eran llamados preyorativamente “tanos” cuando eran de origen italiano, y “gallegos” cuando su origen era español.
La reacción de muchos de ellos fué la de afirmar su argentinidad opacando lo más posible el modesto origen de sus padres y canalizando ancora una volta sus frustaciones a través del tango. El tango fué al argentino de esa época lo que el rap es hoy para afroamericano del ghetto.
Estas afirmaciones que me permito hacer, resultan menos temerarias si consideramos la nómina , muy indicativa de apellidos italianos de compositores de tango:

Compositores de tango de origen italiano:
José Luis Padula; Juan Maffia; Pedro M. Maffia; Angel Maffia; Sebastián Piana; Roberto Firpo; Julio de Caro; Homero Manzione ( en arte Homero Manzi ); Homero Aldo Expósito; Virgilio Expósito; Luis Cocsenza; Agustín Magaldi; José Razzano; Domingo Gallichio; Alberto Spatola: Osvaldo Tarantino; Enrique Cadícamo; Pascual Mazzeo; Francisco Pracánico; Enrique P Maroni; Horacio Pettorossi; Feliciano Brunelli; Alejandro Scarpino; josé María Contursi; Pascual Contursi; Antonio Scatasso; Rodolfo Sciammarella; Carlos Pesce, Astor Piazzolla etc. etc etc

Integrantes de orquestas de origen italiano:
Juan Maglio; Vicente Ponzio; Ernesto Ponzio; roberto Firpo; Francisco Canaro; Alcides Palavecino; Vicente Losuca; Agustín Bardi; Augusto P. Berto; VicentePecci detto “El Tano”; Vicente Greco; ricardo L. Brignolo; Julio de Caro; Osvaldo Fresedo; Pedro M. Maffia ; José Servisenza; Alejandro Mechetti; José Bonano; Samuel Castriota; Astor Piazzolla; Ernesto Baffa; Osvaldo Pugliese; Francisco Lomuto; Francisco Sassone; Carlos Di Sarli; Juan D´Arienzo; Miguel Caló; Alfredo Gobbi; Enrique M. Francini; Rafael del Bagno, etc.etc etc.

Dedicado a mi hermano italo-tanguero Carlo Ferraiuolo

Fuente: “Vivir en la Argentina” de José Ignacio Ramos; Ed. Galerna 1989

miércoles, 1 de diciembre de 2010

El SIGLO XXI SERÀ ECOLÒGICO O NO SERA


Miguel de Unamuno en 1913 refiriéndose al homo sapiens exhortaba incrédulo:
“Un mono antropoide tuvo una vez un hijo enfermo, desde el punto de vista estrictamente animal o zoológico, verdaderamente enfermo...”. Esta consideración sugiere que el animal humano es el único al que no le bastan los instintos para orientar su conducta, sino que tiene que acudir a esquemas simbólicos o culturales que den sentido y otorguen racionalidad a lo todo que hace. Entre las creaciones de la mente humana que hoy gobiernan nuestra existencia destaca cada vez más la idea usual de lo económico, con la convención social del dinero que le da vida y los afanes de crecimiento permanente de la especie. La raza humana actualmente se ha auto erigido en la cúspide de la pirámide de la depredación planetaria. En la naturaleza, los depredadores suelen estar dotados de mayor tamaño y más medios (dientes, garras, velocidad, fuerza etc.) que sus presas. Pero nosotros los “bípedos-sapiens”, no sólo somos capaces de capturar ballenas o elefantes, de talar bosques enteros, domesticar animales y plantas, sino que extendemos nuestra influencia hasta límites sin precedentes en la historia biológica conocida.
Esta asimetría en jerarquía y capacidad de control que suelen darse entre el depredador y la presa alcanzan, en el caso de la especie humana, no sólo un cambio de escala, sino también de dimensión, al extender el objeto de las capturas al conjunto de los recursos planetarios, dando pie a los modelos de parasitación patológica desconocidos.
Algunos biólogos contemporáneos aplican el modelo depredador-presa para ejemplificar la tendencia actual de ordenar el territorio en núcleos atractores de capitales, poblaciones y recursos y áreas de apropiación y vertido. Los grandes núcleos urbanos, como Buenos Aires, Madrid o New York, no sólo reciben los flujos netos de materiales y energía cuantificados, sino que succionaban igualmente tanto la población como el ahorro de zonas abastecedoras “periféricas” o “excéntricas”.
El economista español José Manuel Naredo en su libro “La Economía en Evolución” aplica y cuantifica este modelo a escala planetaria. Paragona los intercambios comerciales y financieros entre países ricos y pobres a los flujos de materia y energía que van desde el depredador a la presa. En su tratado observa un flujo semejante que va desde el resto del mundo hacia los países ricos. Esto rubrica que el desarrollo es hoy un fenómeno posicional, en el que los países ricos trascienden las posibilidades que les brindan sus propios territorios, y sus propios ahorros, para utilizar los recursos disponibles a escala planetaria, por lo que no cabe generalizar sus patrones de vida y de comportamiento al resto de la población mundial. La existencia de países ricos se vincula hoy al hecho de que otros no lo son, al igual que no cabe concebir la existencia de depredadores sin la existencia de presas. No todos los países pueden beneficiarse a la vez de una relación de intercambio favorable, como tampoco todos pueden ejercer como atractores del ahorro del mundo.
En los estudios del biólogo Ramón Margalef donde se analiza el modelo depredador-presa se advierte que, a la vez que se produce -como consecuencia de las capturas- un flujo de energía y materiales desde la población de presas hacia la de depredadores, ambas poblaciones muestran modelos demográficos diferentes. En primer lugar, la esperanza de vida de las presas suele ser mucho menor que la de los depredadores. En segundo lugar, mientras en las presas la probabilidad de supervivencia cae desde edades muy tempranas, en los depredadores se mantiene alta hasta edades avanzadas en las que, al fin, se desploma bruscamente. En tercer lugar, las presas son mucho más prolíficas que los depredadores y además se reproducen durante la mayor parte de su vida, mientras que los depredadores tienden a hacerlo sólo durante intervalos de edad mucho más limitados. Estas diferencias poblacionales entre depredadores y depredados se mantienen también entre las poblaciones humanas. Las curvas de supervivencia y las curvas de natalidad por edades de la población de la mayoría de los países ricos y pobres se ajustaban, respectivamente, a las típicas de depredadores y presas, encontrándose en posiciones intermedias los países llamados en “vías de desarrollo”.
Valga todo esto para subrayar otra siniestra anomalía que nos compete: la especie humana no sólo destaca como la gran depredadora de la biosfera, sino también de sus propios congéneres, llegando a escindirse profundamente como especie: la polarización social entre países, regiones o barrios es tan extremada que origina patrones demográficos tan diferentes como los que se observan en la naturaleza entre especies distintas. Pero, a diferencia de otros depredadores, los individuos y grupos humanos no ejercen hoy generalmente su dominio apoyándose en una estructura corporal mejor dotada en tamaño, olfato, vista, colmillos o garras, sino utilizando las reglas del juego y los instrumentos económico-financieros imperantes para dotarse de medios-extra de intervención y diferenciación social cada vez más potentes.
Las posibilidades de reconvertir el metabolismo de la sociedad actual depende de establecer unas reglas del juego que faciliten la conservación del patrimonio natural, cualquiera sea su titularidad, en vez de su acelerada explotación-destrucción practicada hoy tanto por particulares, empresas o administraciones de índole diversa. El mensaje que nos llega desde el mundo científico es reticente y claro: “El siglo XXI será ecológico o no será”.